Responderle a Trump

COMPARTA ESTE ARTÍCULO
Tiempo de lectura: 2 minutos

(15 DE ENERO, 2024) Por J. Jesús Esquivel.

 

Responderle a Trump

 

 

Washington – Donald Trump sigue en su pleito judicial contra el gobierno de Joe Biden, que lo acusa de ser el instigador del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.

En paralelo, el ególatra y racista expresidente de Estados Unidos mantiene su campaña electoral con miras a los comicios presidenciales del 5 de noviembre de este año.

En los últimos días, Trump se la ha pasado entre salas de cortes y eventos de campaña. No obstante, mantiene en vigor su diatriba proselitista de ataques a los migrantes, a México y a nosotros, los mexicanos, tildándonos nuevamente de narcotraficantes y de ser un mal para la sociedad conservadora que lo idolatra.

De su lengua reptilesca brotan amenazas como la de que si regresa a la Casa Blanca, de inmediato y a granel, deportará de tierras gringas a todos los inmigrantes indocumentados y en especial a los más de 10 millones de mexicanos que llevan años viviendo y trabajando para mantener pujante a la economía capitalista del norte.

No solo eso, Trump asegura que una de sus primeras acciones presidenciales será cerrar la frontera de su país que colinda con México para dos cosas; una, para rechazar a todos los centroamericanos, sudamericanos y caribeños que aspiran a conseguir el estatus de asilados. Y la otra, que el candado a la línea limítrofe, según el instigador de pelos color zanahoria, serviría para acabar con el trasiego de todo tipo de drogas que entran por México para cubrir la imparable demanda de los gringos que la consumen por toneladas y toneladas. “Primero ciérrale el hocico a los drogadictos de tu país”, responderían a Trump mis padrinos, los hijos del Averno, bajo la bendición del santísimo Chamuco.

Al cierre fronterizo, Trump lo adereza con el lanzamiento de misiles a México dirigidos a las guaridas de los cárteles del narcotráfico, además de orquestar una invasión militar para rematar a todos los que logren escapar del ataque balístico. Si Trump vuelve a ganar la presidencia, es probable que de sus fantasías dantescas lo único que no lleve a cabo sea lo de los misiles.

Claro está que en tiempos electorales la retórica es verbo y predicado para los candidatos de cualquier nación. Pero ya vimos que con Trump no hay que tomarse sus locuras a la ligera.

El presidente Andrés Manuel López Obrador optó por aguantar todos los insultos, actos y abusos que Trump como presidente lanzó contra México y los mexicanos. De compararlo con Hitler, AMLO pasó a endosarlo como amigo al rabioso y racista expresidente y para colmo, hasta lo defiende de las acusaciones judiciales en su contra.

Claudia Sheinbaum, como lo hemos remarcado aquí en Entre calaveras y diablitos constantemente, es técnicamente presidenta electa del país. La exjefa del gobierno capitalino no ha tocado el tema Trump.

Pelearse ahora con el expresidente no es redituable, cierto, sin embargo, Sheinbaum tendría que estar por lo menos demarcando la posición del gobierno de México en la relación bilateral con Estados Unidos ante el posible escenario de una presidencia Trumpiana.

Lo que diga Xóchitl Gálvez sobre Trump, eso sí que es una reverenda pérdida de tiempo. Hasta los gringos tienen muy claro que en unos meses México será gobernado por primera vez por una mujer: Sheinbaum.

COMPARTA ESTE ARTÍCULO

Entradas relacionadas