Hacer el caldo gordo

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(29 DE ABRIL, 2024) Por J. Jesús Esquivel.

 

Hacer el caldo gordo

 

 

Washington – Durante los sexenios de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto –¡Uf!, vaya que han pasado bastantes ayeres– los corresponsales de medios mexicanos acreditados en Washington esperábamos con ansia las últimas semanas de marzo y las primeras de abril.

En ese periodo y hasta la fecha, el Departamento de Estado publica su informe anual sobre la situación de los derechos humanos en el mundo. Los corresponsales dábamos cuenta de lo que en detalle el gobierno de Estados Unidos exponía en el capítulo dedicado a México.

Hasta hace algunos años que se digitalizó, el informe era como un libro al que este tecleador veía más grueso que la Biblia por tanta página.

Ese reporte era como un desahogo para los mexicanos. Desde el extranjero, un gobierno denunciaba lo que ocurría en México y que los gobernantes en curso deseaban ocultar, como si nada, de lo que el Departamento de Estado delineaba ocurriera.

Asesinatos extrajudiciales, secuestros, torturas para conseguir confesiones e incriminarse, detenciones arbitrarias, explotación laboral infantil y de mujeres, degradación a homosexuales, corrupción gubernamental y judicial, violencia política, represión contra la libertad de expresión y periodistas y siempre machacando que las fuerzas de seguridad del Estado, eran los principales perpetradores de la mayoría de las violaciones a las garantías individuales, enfatiza el reporte.

Recopiladas por organizaciones defensoras de los derechos humanos, mexicanas y extranjeras, por la embajada de Estados Unidos en México y por denuncias ciudadanas, las violaciones a los derechos humanos que exponía el Departamento de Estado fueron chillidos de marrano para los oídos del gobierno Salinista, Zedillista, Foxista, Calderonista y Peñista.

Con nostalgia recuerdo los titulares de Proceso, La Jornada y de vez en cuando en Excélsior, El Universal y Reforma, dando detalle de lo que el reporte del Departamento de Estado decía. En Los Pinos siempre se impuso el mutismo a las quejas de Washington.

Ignoraban el reporte porque entendían que era una obligación por ley, que el Departamento de Estado lo elaborara para entregarlo al Capitolio.

En contadas ocasiones, la Secretaría de Gobernación en turno daba algunos respingos sobre las denuncias de Washington, pero nada más.

Pregunten a Esteban Moctezuma Barragán, que fue secretario de Gobernación con Zedillo y ahora embajador en Washington del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, si él hizo mitote cuando estuvo en Bucareli y le tocó apechugar lo del informe.

Claro está, y el argumento es irrefutable, de que Estados Unidos no tiene autoridad moral para criticar la situación de los derechos humanos en otros países. Los gringos están impedidos de escupir al cielo.

Nunca olvidaremos el Golpe de Estado en Chile, Guatemala, las guerras civiles centroamericanas, las invasiones a Irak, Granada, Panamá, la prisión de Abu Ghraib, la de Guantánamo, etcétera, etcétera, etcétera.

Dice un lema de sabiduría que a los narcisos hay que ignorarlos y no hacerles el caldo gordo. Es innegable que Estados Unidos viola y coadyuva a cometer violaciones de humanos en todo el mundo. ¿Ejemplo?, lo que hace Israel con los civiles palestinos.

Miente quien diga que en México ya no se comenten violaciones a los derechos humanos. De mentirosos e integrantes de gobierno carniceros se llenan las calderas del Averno donde sus hijos, mis padrinos, los rostizan para gloria del Sagradísimo Chamuco, pero sin caldo gordo.

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