La DEA y los cárteles gringos

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(27 DE MARZO, 2023) Por J. Jesús Esquivel.

 

La DEA y los cárteles gringos

 

Washington – Los cárteles gringos existen. La misma Administración Federal Antidrogas (DEA) de los Estados Unidos admite que los hay. El informe reciente que dio a conocer la DEA sobre la presencia y operaciones de los cárteles del narcotráfico en el mundo y la amenaza que estos representan para los Estados Unidos -pero en especial los mexicanos: Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Sinaloa- omite, con toda alevosía e intención, hablar de los cárteles gringos.

Desde su creación, la DEA busca culpar a gobiernos extranjeros de la gran problemática y cada vez más exacerbada drogadicción de millones de ciudadanos de su país. El fracaso de la guerra de Estados Unidos contra las drogas tiene varias vertientes. Una, la ausencia de un programa y proyecto efectivo de salud pública y educación que coadyuve en prevenir la demanda y consumo de drogas ilícitas entre la ciudadanía estadunidense. Otra, que el gobierno y el Congreso federal de Estados Unidos no somete a un riguroso escrutinio al trabajo de la DEA, pero no en sus labores en el extranjero, sino dentro de su país para detener el flujo de las drogas y desmantelar a las redes criminales estadunidenses que compran la merca para venderla y distribuirla.

“Domestic cartels”, así es como la DEA llama a los cárteles gringos. Estas organizaciones del crimen organizado de Estados Unidos difieren del Cártel de Sinaloa y del CJNG en el uso de la violencia. Aunque no decapitan, no dejan cuerpos colgados, ni encajuelados y ni desaparecen a miles de personas, son igualmente letales para la sociedad.

Los cárteles gringos son corresponsables de que cada 24 horas mueran en Estados Unidos 292 personas a causa de una sobredosis de enervantes y por ende también la DEA. No serán tan intimidantes con las armas para la sociedad como lo son los cárteles mexicanos, pero los gringos están perfecta y sofisticadamente bien organizados y estructurados. Los cárteles gringos están integrados por clubes de motociclistas y grupos pandilleros que operan en las grandes ciudades y pequeñas poblaciones de las 50 entidades estatales de Estados Unidos. Tampoco hay capos como los mexicanos o colombianos. En los cárteles gringos hay muchos jefes que en cada estado y pueblo operan con independencia. Es decir; son como una especie de franquicia. Pueden compartir el mismo nombre del club de motociclista o pandilla, pero sin rendirle cuentas a un solo criminal.

En otras palabras, entre los cárteles gringos no existe un Ismael “El Mayo” Zambada García, por ejemplo. Para contextualizarlo mejor, en cada uno de los 50 estados de la Unión Americana puede haber varios “Mayos Zambadas” que aunque compartan el mismo nombre del club de motociclista o de pandilla, cada organización criminal funciona de manera independiente para el transporte, distribución y venta de las drogas.

Tampoco los cárteles gringos dominan y controlan grandes territorios, como sí ocurre con los mexicanos. Los de Gringolandia, como dirían mis padrinos los hijos del Averno y hasta el Chamuco, son tarugos pero van a misa; tienen el dominio de barrios, calles, cuadras, manzanas y así, en los condados (municipios) de los estados. No llegan ni a nivel estatal en sus redes de control para el movimiento de las drogas. Hay, sí y muchas, disputas entre los cárteles gringos atomizados y las resuelven por medio de la violencia con asesinatos. Eso sí, muy diferente al estilo del que echan mano los narcotraficantes colombianos y mexicanos para resolver las querellas con sus enemigos.

Si los cárteles gringos fueran tan violentos como los mexicanos y se metieran con la sociedad, que nada tiene que ver con el narcotráfico, serían eliminados en un santiamén por el gobierno federal estadunidense. Insisto, los narcos gringos pueden ser tontos, pero a misa van. Que quede claro, los narcos gringos son muy letales. Las 292 personas fallecidas diariamente por sobredosis lo demuestran. La DEA no los mencionó en su informe porque hacerlo sería como darse un tiro en el pie y aceptar su fracaso. La DEA se esconde en la hipocresía de los políticos de su país. La problemática del inmenso consumo y demanda de drogas de Estados Unidos no es porque los gobiernos extranjeros no puedan acabar con los cárteles del narcotráfico. La Casa Blanca, el Capitolio, gobernadores y congresos estatales, no se atreven a decir con todas sus letras que hay tanto muerto por sobredosis y tanta demanda y consumo de drogas, porque son ellos los que han fracasado para prevenirlo. Su hipocresía para culpar a otros de sus problemas y hacerse víctimas del narcotráfico internacional es la estrategia de la DEA al no mencionar en sus informes a los cárteles gringos y, mejor le paro porque ya me pasé de líneas. Luego le sigo.

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