Prensa y narcos

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(06 DE FEBRERO, 2023) Por J. Jesús Esquivel.

 

Prensa y narcos

 

 

Brooklyn, N.Y. – Sin inmutarse, bajo juramento, ataviado con un estilo juvenil: pantalón de mezclilla, camisa, suéter y el pelo totalmente engominado, Harold Mauricio Poveda Ortega, “El Conejo”, dijo que a él, en octubre de 2008, el narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, “El Barbas”, le pidió urgentemente 300 mil dólares para pagarle a medios de comunicación con el objeto de que difundieran la captura de otro narco, Jesús “Rey” Zambada García, con tal de que no lo fuera a liberar el gobierno de Felipe Calderón a través de su alfil, Genaro García Luna.

Sentado en el banquillo de los testigos cooperantes y protegidos, El Conejo fue el segundo narcotraficante que, durante el juicio de García Luna en Nueva York, reveló que El Barbas tenía a su servicio a periodistas y a medios de comunicación.

De nacionalidad colombiana, El Conejo fue -hasta el 2010, cuando fue detenido por la Policía Federal mexicana- un intermediario entre cárteles de su país y el Cártel de Sinaloa, aunque con exclusividad para la fracción comandada por El Barbas y sus hermanos, Alfredo, “El Mochomo” y Héctor, “El Elegante”.

El Conejo -como lo sostuvo en el juicio que se celebra en la Corte Federal del Distrito Este, en Brooklyn ante el juez Brian Cogan y el jurado que determinará el destino de García Luna-, se embolsaba de 3 a 4 millones de dólares por cada cargamento de 10 toneladas de cocaína que arreglaba desde Colombia para El Barbas o las otras fracciones del Cártel de Sinaloa comandado por Ismael, “El Mayo” Zambada García.

Unos 8 o 10 días antes de que atraparan a Rey Zambada, al pobre conejito, dos comandantes de la Policía Federal a las órdenes de García Luna, amigo, asesor, confidente, mano derecha y secretario de Seguridad Pública de Calderón, le cayeron en su mansión en el Desierto de los Leones donde le celebraba el cumpleaños a una de sus novias.

La casita, según El Conejo, le costó construirla a su gusto de 6 a 7 millones de dólares, pues tenía allí una colección de animales salvajes, leones, tigres blancos, hipopótamos, chimpancés, cacatúas y una disco de agua con techo de cristal debajo de la jaula de los tigres albinos… En fin, como dirían mis padrinos, los hijos del Averno y el sacrosanto Chamuco; un jacal típico de narcos. El chiste de toda la telenovela en Brooklyn sobre la casa, fue que el Conejo logró pelarse de los federales y al Barbas le preguntó quién era el responsable de tal acción; total, si para eso pagaban el millón o millón y medio de dólares mensual a García Luna con tal de que los protegiera de todo mal.

El Barbas responsabilizó al Rey Zambada de la redada porque en ese tiempo ya estaba la guerra de los Beltrán Leyva contra Mayo Zambada y Joaquín, “El Chapo” Guzmán Loera, porque en enero de 2008 estos, sus excompadres, pusieron al Mochomo para que lo agarrara el gobierno.

El Barbas urdió el plan de venganza contra Rey, hermano del Mayo. Ordenó a uno de sus sicarios más desalmados, Sergio García Villarreal, “El Grande” que, vestidos de policías federales, capturaran a Rey y se lo entregaran al gobierno. Cumpliendo la orden, El Grande atrapó al capo enemigo, lo entregó a la policía de la Ciudad de México, pero empezaron a escuchar que las autoridades pensaban dejar escapar a Rey colocando en su lugar a otra persona.

“Me dijo que quería los 300 mil dólares para pagarle a los medios de comunicación para que difundieran el arresto y así el gobierno no lo dejara libre”, afirmó El Conejo sobre aquel incidente.

Antes del testimonio de Poveda Ortega, otro narco, mexicano y sicario del Barbas y que también testificó en el juicio, ya había dejado entrever lo que ocurrió con la prensa y la captura de Rey Zambada.

Óscar Nava Valencia, “El Lobo”, aseguró bajo juramento que cuando El Grande y su gente agarraron a Rey y se lo dieron a las autoridades, para que García Luna y su gente no lo dejaran ir, otro sicario de los Beltrán Leyva, Mario Pineda Villa, “El MP”, recibió la orden de hablarle “a un periodista que trabajaba para el Cártel” para que difundiera la exclusiva y para atar de manos al gobierno calderonista y no dejara escapar al hermano del Mayo Zambada. Sería cuestión de ir la hemeroteca y revisar qué medio de comunicación o periodista tuvo la exclusiva de la detención del Rey Zambada aquella noche del 20 de octubre de 2008; digo, por aquello de no te entumas, como dirían en mi pueblo.

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