Voto latino

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(07 DE NOVIEMBRE, 2022) Por J. Jesús Esquivel.

 

Voto latino

 

 

Washington – La discriminación hacia la comunidad latina en Estados Unidos se acentúa y se diluye en tiempo de elecciones por la hipocresía de los políticos republicanos y demócratas.

La población hispana o de origen latino, como mejor les parezca, es cada vez mayor y más importante para el desarrollo económico de los Estados Unidos. Su participación en un proceso electoral ya marca la diferencia. El poder del voto latino puede y tiene la capacidad de determinar quién debe detentar el poder a nivel federal en Washington.

Joe Biden está en la mitad de su periodo presidencial y este martes se realizarán elecciones para redefinir a la Cámara de Senadores y de representantes del Congreso federal estadunidense. Nadie, ningún candidato republicano ni demócrata, antes de una temporada electoral, se acuerda de los electores, ciudadanos estadounidenses por nacimiento o naturalización que hablan español o que pertenecen a una familia donde éste es el idioma materno.

Muy claro tenemos que los políticos no tienen amigos, sino intereses. Necesitados del voto latino, los candidatos a un puesto de elección popular se disfrazan de bilingües. “Yo hablo tu idioma”, se atreven a decir en sus comerciales de campaña que por radio, televisión y en las redes sociales lanzan estos aspirantes creyendo que con esa frase les es suficiente.

El partido demócrata necesita del voto latino para mantener su mayoría representativa en el Capitolio y por ende, Biden. En Estados Unidos se sigue pensando que la mayoría de los ciudadanos estadunidenses de origen latino tienden a favorecer a los demócratas, claro, con la excepción de una parte importante de la población de origen cubano que por décadas se identifica con los republicanos y la sociedad conservadora.

Es obvio que, conforme aumenta la proporción de población latina en Estados Unidos, de entre ésta surgen más candidatas y candidatos a puestos de elección popular a nivel local, estatal y federal. Los hay de ambos partidos, demócratas y republicanos. Por qué tanto contexto, se preguntarán. Por la hipocresía de los políticos racistas que en tiempos electorales dejan de serlo y porque a nosotros en el Averno y por divinidad de El Chamuco nos gusta exponer.

A casi dos años de que Biden llegara a la presidencia y se fuera Donald Trump, este último azote de la comunidad hispana y emblema de la discriminación y racismo, la propuesta del presidente demócrata de regularizar el estatus de residencia y laboral de por lo menos 9 millones de inmigrantes indocumentados que desde hace muchos años viven y trabajan en Estados Unidos, no se ha movido un ápice en el Capitolio.

Desde septiembre, dos meses antes de las elecciones de este 8 de noviembre, con la excepción de políticos republicanos de distritos conservadores donde hay una población casi toda anglosajona, quienes aspiran a un puesto en el Congreso afirman que, si los hispanos votan por ellos, ahora sí, sin duda, van a empujar una reforma migratoria.

¡Qué mentirosos son los políticos! En todos lados y en cualquier país no hay una persona tan mendaz como un candidato en campaña. Estos especímenes no reparan en hacer promesas al electorado.

 

– Pueblo mío, si votan por mí les construyo un puente.

– Oiga, mi candidato, pero si no tenemos río.

– ¡Ah, chingao! Pues les construyo el río también y luego el puente.

 

Este intercambio entre un candidato y una persona del pueblo, lo leí siendo chamaco -sí, hace muchos lustros- en ‘Los Agachados’ de Rius, pero hasta hoy sigue siendo vigente y aplicable en cualquier nación.

Ni demócratas ni republicanos en Estados Unidos aprobarán ahora ni a corto plazo la reforma migratoria propuesta por Biden. Tampoco el presidente ni sus correligionarios lucharán con ahínco para lograrlo.

Se vienen las elecciones presidenciales de 2024 y en ese momento la promoción de la reforma migratoria será tema central para el partido demócrata como recurso para intentar frenar con el voto latino el regreso de Trump quien, otra vez, se lanzará con todo contra los inmigrantes. Lo que calladamente ocurre detrás de toda la retórica electoral estadunidense es que está aumentando la comunidad votante latina. El temor al regreso de Trump, la exigencia y necesidad de la reforma migratoria, empuja a residentes permanentes a hacerse ciudadanos estadounidenses por naturalización. El objetivo de esto tiene una razón de ser: votar para castigar con el sufragio a los políticos mentirosos.

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