¿Habrá juicio?

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(01 DE AGOSTO, 2022) Por J. Jesús Esquivel.

 

¿Habrá juicio?

 

Washington – Más de un millón de páginas y contando. Eso es lo que el propio abogado de Genaro García Luna dice y se queja, que acumulan las evidencias en papel que el Departamento de Justicia de Estados Unidos entregó ya a la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York.

César de Castro, el defensor de oficio de quien fuera amigo, asesor, confidente, mano derecha y casi la sombra de Felipe Calderón en su sexenio de la muerte, exige tiempo al juez federal Brian Cogan.

Además del voluminoso expediente en el que el gobierno de Estados Unidos dice que probará los nexos de García Luna con el narcotráfico y en especial con una fracción del Cártel de Sinaloa, la Corte tiene también miles de audiograbaciones, videos, folios financieros, fotografías, memorias y discos duros de teléfonos celulares y computadoras. Cantidades estratosféricas de pruebas del historial narco de García Luna que hasta que no se presenten en un juicio público no pasarán de ser supuestas evidencias. Y este es el meollo del caso; ¿habrá

juicio?

Entre calaveras y diablitos le rezamos al mero Chamuco para que sí. Ese, el juicio por narcotráfico contra Genaro García Luna, periodísticamente hablando, sería como sacarse la lotería. Con tantas evidencias que dicen los fiscales tener en sus manos, suena imposible que no salgan embarrados otros funcionarios del sexenio de Calderón, o hasta el mismo expresidente que, por andar en el agua, afirma que no sabía lo que hacía su angelito de la muerte y corrupción.

El juicio oficialmente está calendarizado para iniciar el 24 de octubre próximo. De Castro, por lo abrumado que está con los papeles y por la carencia de tiempo para revisarlos, pidió recientemente a Cogan postergar el proceso judicial para el 9 de enero de 2023, pero la semana pasada solicitó otro plazo y ahora exige que lo pasen para febrero del 2023. A muchos se nos queman las habas porque arranque el juicio. Las llamas del Averno ya no le alcanzan a sus hijos, mis padrinos de esta columna, para tostar los costales de habas; las ansias son muchas.

Tres años se cumplen el próximo mes de diciembre desde que la DEA arrestó en Dallas, Texas, a quien fuera su socio, también amigo y colaborador adorado en el sexenio de Calderón. ¡Ahhh! Cómo serán de traicioneros esos agentes gringos de la DEA.

Nosotros los mexicanos, carentes de un sistema judicial justo, transparente e imparcial, quisiéramos ver ya el desenlace de la trama. Tomando en cuenta que el fiscal Alejandro Gertz Manero se las gasta de raudo y eficaz y que de él aprendimos que la justicia es más rápida que la luz, vemos con sospecha tanto atraso para el juicio en Brooklyn.

El sospechosismo lo comparto. Soy de los que piensan que el voluminoso montón de cuartillas, grabaciones, videos y todo lo que tienen los fiscales en contra de García Luna, es una táctica que nos puede dejar como a las novias de pueblo.

Mi experiencia cubriendo procesos judiciales federales me indica que esto no es más que una descarada presión de los fiscales para espantar con el petate del muerto a García Luna para que se doble y acepte el acuerdo de cooperación que la DEA le propuso desde el principio.

La defensa del amigo de Calderón se está tomando con calma las cosas para determinar qué hacer. Los fiscales no harían el ridículo ante un juez como Cogan que no se anda por las ramas, si después de todas las incontables evidencias resultan una patraña; algo han de tener.

Si acepta García Luna no habrá juicio. Se convertirá en testigo cooperante para cantar como el ave Fénix e incriminar a sepan cuántos

expolíticos y personajes del narcotráfico que no sólo las manos, sino hasta las narices, se metieron en el negocio del narcotráfico.

Como soplón sería sentenciado a unos 5 años de cárcel a los que le deben descontar los que ya lleva en el bote y saldrá libre pronto para, inmediatamente después, ser deportado a México en donde las autoridades los estarían esperando para embotellarlo de nuevo.

Si como el Borras se avienta a desafiar a los fiscales en un juicio, a García Luna, con tantas evidencias en su contra, un jurado calificador con facilidad lo puede sentenciar a cadena perpetua, que es lo que marcan las leyes federales de sentencias por el delito de conspiración internacional para traficar cocaína a Estados Unidos. Tal vez sea tonto el querubín de Calderón, no así De Castro. ¡Bienvenidas sean las apuestas!

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