Portada: Monero Hernández
(07 DE MARZO, 2025).-El intercambio de mercancías entre México y Estados Unidos es un pilar fundamental en la integración económica de la región de América del Norte. Simplemente, durante el último año, las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos alcanzaron en términos monetarios 617 mil 099.6 millones de dólares y con una tendencia que va en aumento. Según datos del INEGI, de diciembre de 2023 a diciembre de 2024, las exportaciones han crecido a una tasa anual de 4.9% en términos generales, mientras que las importaciones 9.1%.
Por otro lado, Estados Unidos también tiene un gran peso en las importaciones de México, representando aproximadamente el 46.1%.
Es notoria la estrecha interdependencia entre ambas economías. Sin embargo, a veces no tenemos muy claro cuáles son los principales productos que se intercambian entre ambas naciones.
Entre los productos que México más exporta se encuentran los automóviles, que representan el 10.7% aproximadamente de todas las exportaciones; luego vienen las piezas de vehículos y accesorios con 6.83%; el petróleo crudo 5.34% y, cercanamente, camiones 5.24% y computadoras 4.90%. Y todos ellos, su principal destino es Estados Unidos entre el 60 y el 90%.
El caso de la industria automotriz es especial para la economía mexicana, ya que representa un producto de fabricación complejo, de cierta capacidad tecnológica. Podríamos decir que para México es un rubro en el que se ha ido especializando, y que está ligado también al comercio de las piezas para su armado y estas piezas a su vez con otras industrias como el hierro, piezas de goma, metalurgia, resinas, componentes eléctricos, un enramado complejo que, de haberse puesto aranceles, los aumentos en los precios podrían haberse acumulado más de lo esperado.
Los consumidores de Estados Unidos podrían haber asumido el alza de precios, ya que este país representa el 69.6% de las exportaciones de automóviles mexicanos, seguido de Canadá con un 8.04% y Alemania, 7.88%.
Además, de acuerdo con el Instituto Cato y datos del INEGI, alrededor de la mitad de los automóviles y camiones exportados hacia Estados Unidos fueron hechos por empresas estadounidenses.
Es cierto que la inestabilidad en las declaraciones de Trump causa cierta incertidumbre para la economía de la región, y esto ha sido visto como una oportunidad, por lo menos para México, de fortalecer en algunos sectores su dependencia de Estados Unidos.
El petróleo es uno de los pocos ejemplos que tienen los gobiernos de la 4T para resaltar. Si bien las importaciones de petróleo refinado como la gasolina siguen siendo una de las principales importaciones de México, solo por detrás de las piezas y accesorios de la industria automotriz (6.04% y 6.15, respectivamente), la tendencia ha ido a la baja, al igual que la exportación de petróleo crudo.
Sin embargo, la globalización y los años de los gobiernos neoliberales en México han acarreado un debilitamiento de la industria nacional. Si bien los acuerdos comerciales también han atraído más inversión extranjera y reducido los costos de producción en algunas industrias, ante administraciones tan poco confiables se ha comenzado a apostar a recuperar una fortaleza industrial que alguna vez tubo México, principalmente con el “Plan México“, que ha reiterado casi diariamente la presidenta Claudia Sheinbaum desde el primer anunció de aranceles por parte Donald Trump.
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