Portada: Monero Jerge
(08 DE ENERO, 2025).-El viaje de Donald Trump Jr. a Groenlandia, realizado el día de ayer, ha generado inquietud debido a las intenciones expresadas por Donald Trump de anexar la isla a los Estados Unidos.
A pesar de que su hijo aseguró que su visita tenía fines turísticos, Donald Trump, por medio de su red social Truth, dijo:
“Estoy escuchando que la gente de Groenlandia es ‘MAGA’. Mi hijo y varios representantes viajarán allí para visitar algunas áreas y lugares con vistas magníficas. Groenlandia es un lugar increíble, y su gente se beneficiará enormemente si, y cuando, se convierta en parte de nuestra Nación. La protegeremos y la apreciaremos frente a un mundo exterior muy hostil. ¡HAGAMOS GROENLANDIA GRANDE DE NUEVO!”
El interés de Donald Trump por Groenlandia no es nuevo. Durante su primer mandato en 2019, el mandatario manifestó su deseo de comprar el territorio, lo que generó tensiones diplomáticas con Dinamarca, que rechazó rotundamente la propuesta.
Desde su victoria electoral en noviembre de 2024, Trump ha reiterado su interés por controlar territorios estratégicos fuera de Estados Unidos. En varias ocasiones ha expresado su deseo de recuperar el Canal de Panamá y, en un gesto aún más ambicioso, ha mencionado la posibilidad de una fusión con Canadá. Pero es Groenlandia la que parece ocupar un lugar prioritario en su agenda.
Geopolíticamente, Groenlandia tiene un valor estratégico incalculable. La isla posee importantes reservas de minerales y recursos energéticos además, está ubicada en una región ártica donde la influencia de potencias como Rusia y China es cada vez más evidente. Desde 1951, Estados Unidos mantiene una base aérea en Thule, al noroeste de la isla, lo que refuerza su presencia militar en la zona.
Actualmente, Groenlandia es un territorio autónomo bajo administración de Dinamarca, la cual transfiere anualmente unos 550 millones de euros a la isla, lo que representa un tercio de su presupuesto total.
El debate sobre la independencia de Groenlandia lleva algunos años en el ojo público. Sin embargo, pese a los deseos independentistas de muchos groenlandeses, también existe preocupación sobre la viabilidad económica de una isla independiente. Además, las autoridades danesas también han dejado claro que no tienen intención de renunciar a Groenlandia.
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