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(19 DE DICIEMBRE, 2024).- El pasado 27 de agosto, las jóvenes oaxaqueñas de 16 y 17 años, Shanni Valeria Mora Fajardo y Rosa Mendoza Sosa, fueron galardonadas con el Diploma de Excelencia en el también denominado “Premio Nobel del Agua para Jóvenes”, celebrado en Estocolmo, Suecia. Esto gracias a su proyecto “Filtro casero como alternativa para la reutilización del agua entintada en el cultivo de hortalizas”, que busca recuperar el agua empleada en la tintura de textiles y volverla apta para riego.
Las estudiantes del Bachillerato Integral Comunitario de Teotitlán del Valle (BIC 29), Oaxaca, desarrollaron un sistema de filtración de agua como una alternativa económica y sostenible para su reutilización en cultivos de su comunidad.
El sistema emplea materiales naturales y reutilizables, lo que permite que su instalación y mantenimiento sean simples y accesibles para las personas que se dedican a la fabricación de tapetes y textiles tinturados con pigmentos naturales.
En la primera fase de filtrado, los materiales empleados son fundamentalmente tela, grava y arena, que permiten retener los sólidos suspendidos en el agua, y en la segunda fase se aprovecha el carbón y el algodón para limpiar los contaminantes restantes, entre ellos coliformes, el color, el olor y el nitrógeno amoniacal, además de un tratamiento para neutralizar el pH del agua, lo que permite volver a utilizarla para teñir, y finalmente emplearla en el riego.
La comunidad de Teotitlán del Valle se ha dedicado, desde el siglo XVII, a producir textiles teñidos y tejidos de manera artesanal. Para la elaboración de un tapete pequeño de 1 metro cuadrado, se emplean alrededor de 100 litros de agua. En consecuencia, un taller puede gastar entre 500 y 1000 litros de agua en una semana, que hasta ahora eran desechados sin ningún tipo de tratamiento para eliminar los pigmentos, lo que potencialmente impacta de forma negativa al ambiente y los cultivos.
Uno de los factores más destacables que las hizo acreedoras al galardón, además de la innovación, fue que su proyecto consideraba ampliamente el contexto comunitario, ya que fue diseñado para que las personas de Teotitlán del Valle, pudieran acceder a él, tomando en cuenta que en la región, tres de cada cuatro hogares viven en la pobreza.
La profesora y Agrónoma Brenda Jarquín Martínez, quien acompañó y asesoró a las estudiantes en el desarrollo del proyecto, incentivó en todo momento la participación consciente de sus alumnas, motivándolas a buscar una solución no sólo técnica, sino también social, ambiental y culturalmente responsable.
“Son un orgullo para Oaxaca y el país entero, enhorabuena por este logro tan importante”, publicó la cuenta oficial del Premio Nacional Juvenil del Agua, a través de X, donde felicitó y reconoció a las jóvenes por su mérito.
Las estudiantes han expresado su interés y preocupación por abordar temas medioambientales desde un enfoque sostenible, y aseguran que, si bien su generación se verá ampliamente afectada por el cambio climático y los problemas que conlleva, se tiene la ventaja de contar con tecnología cada vez más avanzada para ayudar a resolverlos, por lo que dejaron claro su compromiso por continuar con su formación para seguir aportando soluciones en el futuro.
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