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(09 DE DICIEMBRE, 2024).-El 27 de noviembre, una ofensiva relámpago en Siria culminó con la toma de Damasco y la huida del presidente Bashar Al Asad.
Tras 53 años de dictadura y una década de guerra civil, la comunidad internacional plantea serios desafíos para la estabilidad del país, principalmente entre los países hegemónicos.
Bashar Al Asad y su familia ya se encuentran bajo asilo político en Rusia, mientras que Estados Unidos e Israel intensifican su presencia militar en el país sirio, calificándola por parte del gobierno israelí como “limitada y temporal”.
El Consejo de Seguridad de la ONU, se reunirá de emergencia el día de hoy para analizar la situación en Siria al mismo tiempo que Rusia solicitó abordar las implicaciones del colapso del régimen de Al Asad.
Por su parte, la Unión Europea, a través de su alta representante Kaja Kallas, calificó la caída del régimen como “positiva y largamente esperada“. Francia, Alemania y España manifestaron su apoyo a una transición pacífica en Siria, mientras que Irán destacó que el futuro del país debe decidirse sin injerencias externas.
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