(08 DE JULIO, 2024) Por J. Jesús Esquivel.
Terquedad
Washington – La terquedad del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene el potencial de llevar al partido demócrata a una de sus derrotas electorales más anunciadas y anticipadas de su historia y lo peor; al mundo entero a pasar por un periodo crítico de política exterior y comercio con Donald Trump de vuelta en la Casa Blanca.
No, no se trata solamente de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Como dice el credo de mis padrinos, los hijos del Averno, el que por su culpa es buey, hasta la coyunda lame y es bien recibido en los brazos del bendito Chamuco. Los estadunidenses, como su presidente, son férreamente testarudos.
No aprendieron la lección con los 4 años de locuras y estupideces de Trump que hasta tomar blanqueador los hizo para curarse el Covid y ahora lo quieren otra vez de regreso.
¡Biden, Biden, Biden! Este señor que ya no puede hacer nada para ocultar su deterioro cognitivo por los 81 años que le están cobrando factura, no quiere entender que las dudas que había entre el electorado demócrata, independiente y juvenil quedaron contestadas y enfatizadas con el papelón que hizo en el debate presidencial contra Trump sobre su viabilidad en las urnas, visión política y de mando.
Los refranes no se equivocan; entre más viejos nos hacemos, más tercos nos volvemos. Hay otro; es de sabios cambiar de opinión. Y dicen por ahí que con los años los adultos mayores se vuelven eruditos.
El presidente de Estados Unidos está a tiempo de renunciar y evitar el suicidio electoral. Si le preocupa el lugar que ocupará en la historia de su país, hay que reiterarle que ya lo tienen asegurado; logró derrotar al hombre más racista, ególatra e ignorante que ha tenido la cartera Ejecutiva de los Estados Unidos. No obstante, su necedad puede echar por la borda todo lo anterior y que a su biografía le agreguen otro párrafo en el que le achaquen la tragedia de haber permitido el regreso presidencial de Trump, quien sin empacho fanfarronea todas las tonterías y caprichos que pretende llevar a cabo si vuelve a ganar la presidencia.
Con Biden como contrincante, el pelos color zanahoria puede ahorrarse hasta la campaña proselitista que lleva a cabo, ganará las elecciones.
A su edad, Biden seguramente sentirá gacho el que cada mañana, desde que concluyó el debate, vea en la televisión, en periódicos, internet, y escuche en la radio el clamor inequívoco de que deje que otra u otro se enfrente a Trump en noviembre. Señor Biden, ya se le acabó el veinte, le dirían con ternura en mi tierra para ver si así entiende y le duela menos.
Aferrado, Biden dice que lo que necesita es dormir más y trabajar menos. Don Joe, justo eso es lo que las voces prudentes le están recomendando, de eso se trata la jubilación. Créame, Don Biden, la sociedad inteligente de su país y del planeta lo van a respetar y a recordar con cariño si ayuda a derrotar a Trump haciéndose a un lado.