(04 DE MARZO, 2024) Por J. Jesús Esquivel.
Visa por visa
Washington – La decisión del gobierno de Canadá de solicitar visa a los mexicanos que deseen entrar a su país, aunque es una determinación soberana, no debe ser abordada simplemente con un reclamo amistoso.
El gobierno de Justin Trudeau está en todo su derecho de mirar por los intereses de su nación. Sorprende la pasividad con la que el presidente Andrés Manuel López Obrador apechugó la decisión del primer ministro Trudeau.
No es porque nos encante el argüende, pero por cada alma que se lleva San Pedro, mis padrinos, los hijos del Averno, le entregan tres de políticos pulcros al sagradísimo Chamuco. Ojo por ojo, alardean por ahí. Con los canadienses ya habíamos padecido el decreto de solicitarnos visa para entrar a la tierra de la hoja de maple.
En 2016 cambiaron de idea y ahora, 8 años después, lo vuelven a hacer. Como gran defensor de la soberanía y de los mexicanos, AMLO debería actuar con reciprocidad para con los canadienses que por cualquier razón o circunstancia quieran visitar México. Visa por visa, ¿por qué no? Está en los intereses de México y de los mexicanos actuar en consecuencia.
Es cierto que la situación de carencias económicas extremas y sobre todo la inseguridad por la violencia que azota al país hace a muchos mexicanos emigrar en busca de un futuro más próspero y seguro.
También lo es que van 24 años de promesas incumplidas de hacer de México una nación más segura, con menos emigrantes que buscan el pan de cada día en países donde no los quieren y donde los necesitan por cobrar barato por sus labores.
Si el gobierno de Canadá quiere actuar como filtro o patrulla fronteriza de los Estados Unidos es porque algún interés o beneficio obtendrá de parte de Washington.
Es justo por esta razón que la Secretaría de Relaciones Exteriores tendría que estar ya definiendo los detalles, ponderando los pros y los contras de exigir a los canadienses visado para ingresar al territorio mexicano.
De qué nos sirve a los mexicanos que el presidente López Obrador tome el teléfono para hacer una observación amistosa al gobierno de Canadá.
Claro está que la imposición del requerimiento de visa no se levantará por una llamada telefónica para decirle a los canadienses, seguimos siendo cuadernos de doble raya.
Para que la cuña apriete tiene que ser del mismo visado y no tendríamos por qué dar explicaciones de nuestras decisiones soberanas y a favor del bienestar de los mexicanos.