(19 DE FEBRERO, 2024) Por J. Jesús Esquivel.
TEMECazo
Washington – Solo cuando surge un problema, el presidente Andrés Manuel López Obrador deja de resaltar lo que comercial y económicamente significa para México el T-MEC.
El acuerdo comercial que, obligado por Donald Trump, el presidente mexicano firmó en la Casa Blanca, es nuevamente la punta de disputa y la puerta a un nuevo conflicto con Washington. Ya no vale la pena recordar que hasta antes de llegar a Palacio Nacional, AMLO despotricaba contra el TLCAN, que ahora es el T-MEC.
¡Vamos al grano!, como dicen mis padrinos, los hijos del Averno, cuando ante el sagrado Chamuco llevan a un prelado para ser achicharrado. Al final de la semana pasada y estratégicamente viernes por la tarde, la Casa Blanca, por medio de su representante especial de comercio, Katherine Tai, emitió la amenaza de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas
de acero y aluminio por incumplimiento de reglas aceptadas y firmadas por AMLO en el T-MEC.
Tai también acusó al gobierno mexicano de estar sobresaturando al mercado norteamericano con sus exportaciones de acero y aluminio y de ocultar la verdad con respecto a importaciones de los mismos materiales procedentes de terceros países.
Según Washington, las exportaciones mexicanas de acero y aluminio a Estados Unidos rebasan las cuotas determinadas en el T-MEC, y por eso denunció que el gobierno de AMLO esconde que compra aluminio y acero a otras naciones ajenas al acuerdo comercial norteamericano que incluye a Canadá.
Hasta el cansancio hemos repetido en este espacio que: ¡ESTADOS UNIDOS NO TIENE AMIGOS, TIENE INTERESES! La disputa en el T-MEC no se resolverá con una llamada telefónica entre AMLO y Joe Biden. No seamos tan ingenuos.
Si la Casa Blanca lanzó la amenaza de la imposición de aranceles y la denuncia del juego sucio del gobierno de AMLO no es por razones políticas. Los gringos no entienden más que la palabra del dinero.
Esa queja de Tai sobre la presunta sobreproducción de acero y aluminio lleva un año de discusiones directas con la Secretaría de Economía. La advertencia de la imposición de aranceles al acero y aluminio mexicano se la dijo directamente Tai a la secretaria Raquel Buenrostro la semana pasada. Se entrevistaron virtualmente el viernes.
La industria del acero y aluminio de Estados Unidos es la que está presionando a la Casa Blanca para que imponga los aranceles a México como castigo por su incumplimiento con el T-MEC.
Todo lo que antes de ser presidente denunciaba AMLO respecto al compromiso comercial con Estados Unidos y Canadá hoy es realidad. Justo ahora que en Palacio Nacional se celebró el desplazo a China como principal socio comercial de los gringos, llega el TEMECazo.
¡Antes de firmar cualquier acuerdo revisa la letra chiquita, que luego ahí esconden las marrullerías! Eso dicen en mi pueblo.
