Los ardidos y tres ingenuos

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(05 DE FEBRERO, 2024) Por J. Jesús Esquivel.

 

 

Los ardidos y tres ingenuos

 

 

Washington.- Desde 2020, cuando el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador cambió la ley de seguridad y con ella las reglas para la operación y presencia de agentes extranjeros en México, la frustración y fracaso de la DEA se han hecho cada vez más evidentes.

Acostumbrados a hacer lo que se les venía en gana, sobre todo en el Sexenio de la Muerte de Felipe Calderón, cuando se metieron hasta en la cama de la PGR, siendo Marisela Morales procuradora, con el gobierno AMLO los agentes estadunidenses toparon con pared.

De manera particular, los 54 agentes de la DEA acreditados en México, cada mes están obligados a entregarle a la Secretaría de Relaciones Exteriores, un informe detallado sobre todas sus actividades. El reporte como condición para permanecer en México tiene que exponer todas sus actividades; dónde anduvieron, qué investigan y con qué tipo de personajes se reúnen. Obvio, nadie cree que en su reporte a Relaciones Exteriores los agentes de la DEA digan la verdad, pero con que lo hagan a condición de no ser expulsados del país ya es ganancia.

Con la ley y sus condiciones está perfectamente estipulado que los agentes de la DEA no pueden participar en ninguna operación antinarcóticos del gobierno mexicano y esto es lo que realmente tiene encabronados a los 54 agentes gringos y a sus jefes en Washington.

Desacreditados hasta en su propio país porque la realidad de la drogadicción en Estados Unidos es un escupitajo a la cara de la DEA, -más de 320 personas muertas cada 24 horas por sobredosis- los 54 agentes gringos no hacen otra cosa que culpar a ajenos de sus fallas.

La semana pasada, dos medios de comunicación de Estados Unidos que no tienen resonancia ni peso importante y una colega mexicana que escribe una columna para un medio alemán, fueron víctimas de la frustración y del fracaso de la DEA.

No tiene la culpa el indio, sino quien lo hace compadre, cantan mis padrinos, los hijos del Averno, para gozo del alabado y santísimo Chamuco, luego de leer las letras infundadas de los tres ingenuos.

En Nueva York, en el ocaso de 2018, en audiencias del juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, dos narcotraficantes y testigos protegidos de la DEA, Jesús Reynaldo Zambada García, “Rey Zambada”, y Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”, testificaron que en 2006 presuntamente su organización criminal había entregado dinero a Gabriel Regino, personero de AMLO y de la campaña electoral que con un fraude arrebató Calderón.

Ambos narcotraficantes, en audiencias separadas aclararon en el juicio, que dicho dinero no fue pedido por AMLO y que ni siquiera supieron si el ahora presidente se enteró de los dólares que presuntamente Regino recibió. ¡Fin de la historia! Los mismos narcos con sus palabras que están registradas en documentos públicos mataron la nota, como se dice en la jerga reporteril.

Seguramente Rey Zambada, El Grande y otros narcos en la lista de testigos protegidos de la DEA, hablaron más cosas de la supuesta entrega de dólares a otros personeros de la campaña de AMLO en 2006, pero los fiscales federales desecharon todo porque esas palabras carecen de fundamento para armar una investigación extraterritorial.

Varios de esos agentes de la DEA que operaban entonces en México o supervisaban las operaciones en nuestro país en 2006 ya están jubilados.

Su ardor por la ley de seguridad de 2020 se refleja en el refrito de información caduca y sin sustento que entregaron e hicieron comer a los tres ingenuos. Uno de los informadores de dicho triunvirato, enfatizó como para lavarse la cara que su nota no era nota.

De lo único que sí dieron fe Rey Zambada y El Grande, y que se corroboró con el fallo de un jurado en la corte neoyorquina en 2023, fue que Genaro García Luna, amigo, asesor, confidente, mano derecha y secretario de Seguridad Pública de Calderón, era socio y operador del Cártel de Sinaloa, por lo que será sentenciado en junio próximo.

Ya con esto me despido, creo que hasta pierdo tiempo y tinta con el caso que nos es caso que se comieron completito los tres ingenuos.

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