(08 DE ENERO, 2024) Por J. Jesús Esquivel.
Sentencia de un narco
Washington – El juez Brian Cogan de la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, accedió la semana pasada a postergar tres meses la audiencia de sentencia que dictará a Genaro García Luna, el narcotraficante, amigo, asesor, confidente, mano derecha y secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón.
La noticia de que la audiencia de sentencia se celebrará el 24 de junio y ya no el 24 de marzo de este año, como estaba calendarizada, en México provocó una serie de reacciones, en su mayoría infundadas y colmadas de teorías de la conspiración.
Repartamos las tortillas como mandan los cánones, dirían mis padrinos, los hijos del Averno, al sortear en los calderos del santísimo Chamuco a las almas pecadoras y carroñeras.
Cogan postergó la fecha para determinar el castigo al narcotraficante mexicano por pedido de los fiscales federales del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
A esto, algunas personas en México lo interpretaron como una acción deliberada del juez en contubernio con el gobierno de Estados Unidos para influir en nuestras elecciones presidenciales del 2 de junio y en favor de Xóchitl Gálvez. ¿Guattt?
Primero, apuesto máscara contra la cabellera de mis padrinos a que Cogan ni sabe que el 2 de junio habrá elecciones presidenciales en México y, segundo, se necesita estar ceguetas para no entender que Claudia Sheinbaum es ya técnicamente presidenta electa; los comicios del 2 de junio son puro trámite constitucional.
La petición de los fiscales a Cogan tiene un contexto judicial. La defensa del narcotraficante amigo de Calderón que dirige el abogado de oficio, César de Castro, hace unas semanas solicitó al juez atrasar la audiencia de sentencia y celebrar otro juicio a su cliente argumentando que encontraron pruebas y testimonio de personas que corroborarían la inocencia de García Luna de sus nexos con el Cártel de Sinaloa.
El sistema judicial de los Estados Unidos es muy complicado, como lo hemos explicado en diversas ocasiones aquí, Entre calaveras y diablitos. Legalmente, la defensa del narcotraficante confidente de Calderón tiene todo el derecho de presentar las mociones como la que arriba menciono.
Los fiscales están obligados a responder al pedido de la defensa sobre la realización de un nuevo juicio. Estratégicamente, los fiscales solicitaron la prórroga para la audiencia de sentencia a Cogan con el objetivo de recopilar y establecer una sólida contraofensiva que deje sin alternativa a García Luna, más que la de asumir que el 24 de junio su suerte puede ser la de ser condenado a cadena perpetua o 30 años de cárcel.
Ojo, este criminal puede también convertirse en testigo cooperante de los fiscales gringos a cambio de contar detalles y dar nombres de quiénes o quién, en el sexenio de Calderón, permitió tanta narcocorrupción para beneficiar a sus patrones del Cártel de Sinaloa.
No hay ninguna cortina de humo ni mucho menos detrás del caso de este narcotraficante. Su suerte está echada. Cogan le dictará sentencia y si la libra convirtiéndose en testigo cooperante, entonces habrá que ver si Calderón después de eso decide ir a tomarse unas cubas a Disneylandia.