Cuestión de tiempo

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(11 DE DICIEMBRE, 2023) Por J. Jesús Esquivel.

 

Cuestión de tiempo

 

 

Washington – Los pobladores de Texcaltitlán dieron el primer paso y ejemplo de que a falta de atención de las autoridades, la ciudadanía aterrada y desesperada se defenderá como sea del crimen organizado. El Estado de México es un polvorín de la efervescencia en extorsiones, secuestros y atracos a manos de la Familia Michoacana.

Que me condene al caldero el santísimo Chamuco y que mis padrinos, los hijos del Averno, aviven la lumbre con leña verde, si no en por lo menos en un par de ocasiones, aquí en Entre calaveras y diablitos venimos resaltando la crisis tan grave que viven los mexiquenses.

Desde hace años, ante la falta de acciones del gobierno estatal y federal para poner fin a sus actividades, los hermanos Johnny Hurtado Olascoaga, “El Pez” y José Alfredo, “El Fresa”, dominan en el Estado de México como líderes de la Familia Michoacana y han impuesto su ley a base de muerte, extorsiones, secuestros y amenazas.

Lo que ahora le explotó en Texcaltitlán a la gobernadora Delfina Gómez, emana del trato con algodones que le dio el presidente Andrés Manuel López Obrador al inepto e insensible exgobernador Alfredo del Mazo.

Cansados de la delincuencia y de los robos y de que por sembrar sus tierras los delincuentes cobren cuotas, los pobladores de Texcaltitlán al eliminar a 11 criminales a costo de la vida de 3 de ellos, abrieron una Caja de Pandora que peligrosamente puede ser emulada en otras poblaciones. Ya en Michoacán hubo atisbos de la creación de autodefensas por la inexistencia de acciones del gobierno federal para combatir al narcotráfico y crimen organizado.

A esos grupos de autodefensa el sexenio de Enrique Peña Nieto los denostó y anuló, acusándolos de convertirse en narcos y extorsionadores. Texcaltitlán puso a repicar las campanas en todo el país para llamar a la población a defender con lo que tengan y como puedan a la paz, estabilidad económica y social de sus familias.

Imposible de creer, pero cierto. En pequeños poblados y rancherías en los alrededores de Toluca y hasta en la misma capital choricera, señoras que venden tlacoyos y gorditas pagan derecho de piso.

La distribución de refrescos, pollo, maíz, fruta, venta de ganado vacuno y porcino; de refacciones automotrices, de papelería, útiles y uniformes escolares, los ferreteros y mecánicos, pagan piso a delincuentes.

En municipios mexiquenses como Almoloya de Juárez, Amecameca, Acolman, Luvianos, Temascaltepec, Tenancingo, Tejupilco, Valle de Bravo y Zinacantepec -mencionando sólo de los que me consta porque los afectados me lo han contado- vendedores de pollo, criadores de cerdos, varilleros, carniceros, dueñas y dueños de fondas y mecánicos, decidieron cerrar sus negocios porque ya no podían con los pagos de derecho de piso a los criminales a nombre del Pez y El Fresa.

“¿La Guardia Nacional?, bien gracias. Viene, pero no hace nada o siempre llega tarde. Dizque que no saben dónde están los hijos de la chingada rateros. Que pregunten a la gente y le den garantías de que no los traicionarán porque por eso nadie habla”, me dijo hace unas semanas un mecánico que cerró su taller antes que seguir pagando la cuota o que levantaran a su hija que recién acaba de terminar la universidad.

Lo ocurrido en Texcaltitlán era cuestión de tiempo.

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