(04 DE DICIEMBRE, 2023) Por J. Jesús Esquivel.
Chiste malo
Washington – No me digan que nunca han escuchado uno de esos chistes ininteligibles de los que solamente se ríe el pésimo bufón que lo cuenta. Bueno, así más o menos fue la efímera aspiración presidencial de Samuel García Sepúlveda.
Sin intentos de deshebrar aquí la crisis política neoleonesa -que eso es para otro momento- García Sepúlveda anunció su regreso a la gubernatura del estado norteño en donde la política se nutre y si ejerce por TikTok.
Condenado al caldero cuyas llamas avivan mis padrinos, los hijos del Averno, sería el fallo del altísimo Chamuco contra este tecleador si no diera seguimiento a Entre calaveras y diablitos de la semana pasada.
Por medio de un video en redes sociales que reafirma que ante el Cerro de la Silla no importa la ciudadanía, sino los seguidores, García Sepúlveda anunció que claudicaba a su supuesta candidatura presidencial representando a Movimiento Ciudadano (MC).
La licencia de seis meses que le dieron los legisladores de Nuevo León a García Sepúlveda para que intentara llegar a Palacio Nacional es otro chiste malo que les contaré en otro momento.
Muy a su siempre modesto estilo, García Sepúlveda amenazó con volver a ser bufón en 2030 y como colofón de su video, presumió que en apenas 10 días en las encuestas nacionales se colocó en segundo lugar de las preferencias electorales para los comicios del 2 de junio de 2024.
En su entendimiento, García Sepúlveda nos quiso decir en otras palabras que, si no fuera porque tiene que regresar al puesto de gobernador, en otros 15 días rebasaría a Claudia Sheinbaum, que se encuentra en la punta de los sondeos. ¡Se la bañó!, como dicen los norteños.
En la columna anterior que dediqué a Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y a García Sepúlveda, exponía que la candidatura presidencial de éste último era un chiste y una ficción tan mala como aquel churro en el que Kevin Costner es el superhéroe de un mundo acuático.
También hice referencia a que no se necesitaba estudiar política ni procesos electorales para determinar que Sheinbaum, la candidata de Morena, es técnicamente ya la presidenta electa de México. Apostillando, claro, que en mi labor de apachurrador de tecleas la imparcialidad es como el carboncillo para un lápiz.
Desgranemos la mazorca. Si García Sepúlveda alcanzó el segundo lugar en las encuestas no es porque millones de mexicanos estemos ansiando ser gobernados por medio de TikTok. La razón de ese presunto segundo lugar, que es parte del chiste malo, ocurre porque la candidatura de Gálvez no tiene futuro y de entre la fruta podrida se escoge lo menos magullado.
Sheinbaum no tiene competencia electoral que le pueda hacer sombra para llegar a La Grande. Son tan malos los políticos que tenemos en el entorno actual que, ni modo, hay que conformarnos con lo menos peor. Lo que nos queda por hacer es pedirle al santísimo Chamuco que nos haga el milagrito de que Sheinbaum no haga tantas promesas si no está dispuesta a cumplirlas. Porque neta, neta; de traiciones y promesas incumplidas ya estamos hasta la madre.