(10 DE JULIO, 2023) Por J. Jesús Esquivel.
Toluca de la muerte
Toluca, Edomex.– Es la limpia de los cristaleros que está haciendo la Familia Michoacana, fue el diagnóstico que recogí por parte de ciudadanos de Toluca y de pueblos de alrededor de la capital del Estado de México en apenas unos días de estancia en la tierra donde nací.
“Los colgados que aparecieron aquí en Toluca no son nada, diario ejecutan a cristaleros en los pueblos de los municipios del Estado”, me comentó un vendedor de ropa que con su puesto viaja por todos los mercados de la entidad todavía gobernada por Alfredo del Mazo.
La añoranza del regreso al terruño fue por años un crisol de olores a comida, mesas de dominó con amigos y familiares, tardes de recreación de momentos que me forjaron, pero nunca como ahora había sido la recolección de narraciones de mi gente aterrorizada por la delincuencia.
“Toluca, la bella”, le decíamos los mexiquenses a nuestra capital para envidia de todo el país. “Ahora es Toluca de la muerte”, me aclaró doña Lucha, la señora que lleva años vendiendo quesadillas y acociles afuera de la nave del Mercado Juárez de Toluca. “Hasta a mí me cobran piso, no mucho, pero me cobran, si no pago, no me dejan vender; así son los de La Maña y lo saben todos, pero las autoridades no hacen nada”, se quejó doña Lucha y desgraciadamente con un tono de conformidad.
La limpia de cristaleros es la ejecución de los narcomenudistas o vendedores de cristal, la droga más popular en Toluca y pueblos del Estado de México. Estos asesinatos, de acuerdo con varios de los testimonios que recolecté en mi tierra, son el cumplimiento de las órdenes dictadas a sus sicarios por parte de Johny Hurtado Olascoaga, “El Pescado” y José Alfredo Hurtado Olascoaga, “El Fresa”; líderes de la Familia Michoacana en el Estado de México, Guerrero y Michoacán.
Del Mazo tiene por lo menos 5 años de conocimiento tácito de que El Pescado y El Fresa han dejado un río de sangre por todo el Estado; especialmente en los pueblos que colindan con Guerrero y Michoacán, sin que haga e hiciera absolutamente nada al respecto.
“Ya se va Del Mazo y dicen que el presidente (Andrés Manuel) López Obrador lo va a premiar con un puesto de embajador o algo así. ¡No’mbre! Ni quien crea en los políticos, se las arreglan entre ellos y a nosotros los jodidos que nos cargue la chingada. Bola de corruptos”, sostuvo Margarito, un barbacollero de mi pueblo mientras me servía mi consomé y taco de pancita. Que me perdonen mis padrinos, los hijos del Averno y el Gran Chamuco por este comentario culinario, pero “la panza es primero’, ya lo decía el Maestro Rius.
En una entrega anterior de Entre calaveras y diablitos habíamos dado cuenta de que la gente del Pescado y El Fresa cobran piso a puesteros en los mercados de los pueblos del Edomex, lo mismo a dueños de todo tipo de negocios; desde el más pequeño hasta pasar por los medianos y las grandes empresas.
Hoy, en colusión delictiva con otros cárteles del narcotráfico y crimen organizado, los líderes de la Familia Michoacana en el Estado de México están asesinando a mansalva y granel a los narcomenudistas de cristal para reemplazarlos con su gente que distribuye las diferentes drogas sintéticas elaboradas con fentanilo.
Como consecuencia de ello han aumentado los secuestros, desaparición de personas, extorsiones, robo de autos, feminicidios y no se diga la ejecución de jóvenes; como estamos dando cuenta con estos tecladazos.
La tranquilidad de aquellos caseríos y pueblos al pie del Nevado de Toluca se transformó en zona de terror. En la ranchería de Raíces; La Maña le cosió los labios a una mujer que se atrevió a denunciar ante las autoridades del Estado la incontenible tala de los árboles antes famosos por ser el manto que cubría las faldas del Xinantécatl.
¡Adivinaron!, los responsables de esa tala son El Fresa y El Pescado. Todos los días entre las 2 y 3 de la mañana por las carreteras de las faldas del Nevado desfilan decenas de tráileres y camiones repletos de madera. La carretera de las Lagunas de Zempoala puede ser una trampa mortal para cualquier ciudadano común y corriente que a esas horas de la madrugada se atreva a circular por esa culebrezca tira de asfalto que pertenece y controlan a esas horas El Fresa y El Pescado.
Aquí le paro, temo se diluya el recuerdo gustativo de la torta y los tacos que comí en mi tierra; sólo acuso lo que se le viene a Delfina Gómez