Por Carolina Romero
(20 DE MARZO, 2023).- En 2006, innumerables carpas amarillas y blancas tapizaron el Paseo de la Reforma. Desde entonces, el poder convocante de Andrés Manuel López Obrador quedó sólidamente demostrado. Casi 18 años después, el ahora presidente sigue consiguiendo que, en cada uno de sus llamados, las personas tomen la calle.
De manera inédita en la historia reciente de nuestro país, existe no sólo una inclinación política, sino también afectiva con el titular del Ejecutivo; AMLO produce simpatía. Él convoca, la gente asiste. De acuerdo con las autoridades capitalinas, 500 mil personas estuvieron presentes en el Zócalo este sábado. Las calles aledañas a la plancha estaban también repletas de cuerpos quienes, como ríos, fluían hasta el primer cuadro de la Ciudad expresando su respaldo no sólo al tabasqueño y su gestión, sino también al rescate de la soberanía del país.
En el 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, quienes se reunieron en este acto político-histórico, tenían muy en claro que México es una nación independiente. No sólo en el dicho, sino en el hecho; desde un tiempo para acá, no hay condescendencias diplomáticas que accedan a intervencionismos, se han extinto las antes permisibles directrices de nuestro país en la política interna y externa por parte de gobiernos extranjeros -EE.UU., sobre todo-. El actual presidente ha sido especialmente claro en la defensa de la soberanía en recursos y en la autonomía de las gestiones nacionales.
Niños, niñas, adolescentes, jóvenes pero, sobre todo, personas mayores, caminaron varios metros este sábado, alzando pancartas y banderas en apoyo a la Cuarta Transformación. Provenientes de Sonora, Colima, Chiapas, Estado de México, Chihuahua y muchas otras entidades, caminaron por 5 de mayo, Donceles, Madero, 16 de septiembre y otras calles aledañas buscando reunirse a las afueras de Palacio Nacional. Ante la afluencia de gente, algunos se resguardaron del calor en la Alameda, otros más buscaban asentarse en la Catedral y algunos en 20 de Noviembre.
A las cinco de la tarde, Andrés Manuel salió de Palacio Nacional, entre el furor de una plaza llena, saludó a quienes tuvo cerca y tomó la palabra:
“Desde aquí, desde este Zócalo, corazón político y cultural de México, les recordamos a esos políticos hipócritas e irresponsables que México es un país independiente y libre, no una colonia ni un protectorado de Estados Unidos, y que podrán amenazarnos con cometer cualquier atropello, pero jamás, jamás permitiremos que violen nuestra soberanía y pisoteen la dignidad de nuestra patria”, expresó el mandatario desde el templete colocado a las afueras de Palacio Nacional.
“Ya no es el tiempo de Calderón ni de García Luna, que ya no es el tiempo de los vínculos turbios entre el gobierno de México y las agencias del gobierno de Estados Unidos; ahora no hay simulación, de verdad se combate a la delincuencia organizada y de cuello blanco porque no hay corrupción, no hay impunidad ni existen relaciones de complicidad con nadie”, continuó mientras los gritos de las personas asistentes confirmaron estar a favor de esta postura.
El mandatario hizo hincapié en el esfuerzo por la autosuficiencia, resaltando el trabajo y la inversión de esta administración para nutrir lo propio:
“Hemos orientado nuestros recursos y esfuerzos para alcanzar la autosuficiencia alimentaria y energética. En esto último podemos asegurar que se ha garantizado la soberanía petrolera; se fortaleció la CFE, empresa pública encargada de administrar la industria eléctrica y recientemente se nacionalizó el litio, mineral estratégico utilizado en la construcción de baterías para autos eléctricos y sistemas de almacenamiento para las energías limpias”, sentenció
Presentes la mayoríade posibles candidatos para 2024 en el podio, en algún momento de su mensaje, el presidente refirió:
“Estoy convencido que cualquiera de los aspirantes que resulte triunfador en la encuesta para elegir al candidato de nuestro movimiento aplicará la misma política en favor del pueblo y de la nación. Está asegurada la continuidad con cambio. No hay nada que temer”.
Luego de más de una hora de discurso, el presidente lanzó la arenga: “¡Cooperación sí, sometimiento, no! ¡Intervencionismo, no! ¡Oligarquía, no! ¡Corrupción, no! ¡Clasismo, no! ¡Racismo, no! ¡Libertad, sí! ¡Democracia, sí! ¡Honestidad, sí! ¡Justicia social, sí! ¡Igualdad, sí! ¡Soberanía, sí! ¡Viva la Expropiación Petrolera! ¡Vivan los trabajadores y técnicos, de antes y de ahora, de la industria petrolera nacional! ¡Viva el general Lázaro Cárdenas del Río! ¡Viva México!”.
Entre ovaciones y vivas, el presidente retornó a Palacio Nacional y las y los asistentes volvieron a sus hogares -la mayoría a varios kilómetros de distancia-. El “músculo político” de esta administración no sólo continúa siendo fuerte, sino que mantiene la estabilidad de quienes, movidos por sus convicciones, asistieron al llamado por la defensa de la soberanía, la autonomía y la independencia, bases sólidas de esta nueva política nacional.
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