13 DE MARZO, 2023) Por J. Jesús Esquivel.
Republicanos huecos e ignorancia
Washington – Llamar “Congreso de Estados Unidos” a la voz hueca de unos cuantos legisladores republicanos no es más que ignorancia.
Claro que es inaceptable y deplorable el secuestro de cualquier ser humano por parte del crimen organizado o el narcotráfico y que las autoridades tienen la obligación de tomar cartas en el asunto.
Lo ocurrido con los 4 estadunidenses en Matamoros, Tamaulipas -dos localizados con vida y dos muertos-, expone una vez más la gran problemática de inseguridad que se vive en el país.
El secuestro fue utilizado en el Capitolio de Washington por unos cuantos congresistas republicanos para intentar sacar jugo electoral.
Liderados por el senador Lindsey Graham, los representantes Dan Crenshaw, John Kelly Kennedy y Mike Waltz, grupo insignificante de republicanos, amagaron en el Congreso estadunidense con elaborar un proyecto de ley para enviar tropas gringas a México con el objeto de combatir a los cárteles del narcotráfico a los que, además, piden decretar como organizaciones terroristas. Su iniciativa no tuvo rebote.
En Estados Unidos, pese a que todos los medios de comunicación, y sobre todo las cadenas de televisión, dieron amplia cobertura al caso del secuestro de los 4 estadunidenses en Matamoros, ignoraron el insignificante pedido de los republicanos. Y, para zanjar el asunto, Karine Jean-Pierre, la vocera de la Casa Blanca, dijo que el presidente Joe Biden no decretaría como terroristas a los narcos mexicanos.
La prensa gringa que está consciente de que la voz de 4 o hasta 10 congresistas federales no representan al Congreso Federal, ni se tomó la molestia de hacerle el juego al grupo insignificante de republicanos.
En México, medios nacionales como los periódicos Reforma y El Universal (este último presuntamente ligado a la narco corrupción de Genaro García Luna, como fue presentado en el juicio en Nueva York), ignorantes tal vez de que 4 o hasta 10 legisladores no cuentan en un poder Legislativo Federal compuesto por 100 senadores y 435 representantes, calificaron a las voces mudas de ser la bocina del Congreso de Estados Unidos pese a que la Casa Blanca los anuló.
“No tiene la culpa el cura, sino quien se confiesa con el prelado”, dicen mis padrinos, los Hijos del Averno, cuando le llevan almas al Chamuco. El presidente Andrés Manuel López Obrador cometió un gravísimo error al darle importancia a los republicanos que no la tienen.
Hay que defender la soberanía del país y rechazar cualquier intento de invasión, si hasta Felipe Calderón en su perenne estado etílico lo hizo cuando, ahí sí, Janet Napolitano, entonces secretaria de Seguridad Interior en la presidencia de Barack Obama, repetía que México era un “Estado fallido”.
El peso del micrófono de Palacio Nacional alborotó más al gallinero. Tras enterarse de que AMLO reaccionó a la voz de unos cuantos e insignificantes miembros de su partido, Greg Abbott, gobernador del estado de Texas, también se metió en el argüende. Y ni así pasó nada.
Los tres poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial de Estados Unidos no pueden y no tienen cara para culpar a México de su fracaso en su guerra contra las drogas que, en la actualidad, se refleja con la muerte de 292 estadunidenses cada 24 horas a causa de una sobredosis de narcóticos.
Insisto, lo ocurrido con los 4 estadunidenses en Matamoros es inaceptable. No obstante, ofende a los mexicanos que ante la resonancia que dieron del caso los medios de comunicación gringos y los republicanos insignificantes, la presidencia de AMLO accediera a la intervención del FBI y la DEA para ubicar a los secuestrados.
En un lapso de cinco días fueron localizados los 4 estadunidenses, 2 con vida y 2 muertos. Sorprendió la eficacia y rapidez con que se resolvió. En colaboración con las agencias gringas, el gobierno de México removió hasta las pulgas para encontrar a 4 víctimas del secuestro.
¿Por qué entonces no se hace lo mismo con los miles de casos de mexicanos desaparecidos desde hace años? Está demostrado que cuando se quiere, se puede. Miles de madres buscadoras no tienen el mismo apoyo del gobierno federal para encontrar a sus hijas e hijos que llevan años, meses y días desaparecidos. ¿Será acaso la clave para hacer reaccionar a las autoridades federales decir que las y los desaparecidos son de nacionalidad estadunidense?