Por: Carolina Romero
(09 DE MARZO, 2023).- Sus rostros están en las calles, en los parques, los puentes. Sus cuerpos habitan en los museos, las galerías, en los libros de historia y de fotografía. Su figura también está presente en las universidades y talleres privados. La fuerza de sus músculos, la textura de su piel, la forma de cada parte de sí, están, pero ellas no. Sus nombres, sus ideas y sus historias, permanecen en la oscuridad y el silencio.
Frente a los enormes y acelerados cambios en la producción y la educación artística, el trabajo de las y los modelos de arte, resiste. Desde siempre han sido imprescindibles; su existencia es tan antigua como el arte mismo, pero no así el reconocimiento a su labor. Son aquellas protagonistas que no son nombradas ni en los libros de historia del arte ni en las placas de las obras.
Este 8 de marzo, tras un año de su creación, el Movimiento Modelos de Arte en Resistencia deja el anonimato. Unidas y organizadas, anuncian su renuncia al lugar tras bambalinas al que históricamente han sido asignadas. Presentes en la Marcha del 8M desde la Ciudad de México, con paletas de pintura y megáfono en mano, se unieron al grito de millones de mujeres en exigencia del cese de la violencia patriarcal y misógina. Entre aplausos y “¡no están solas!”, el contingente fue reconocido por otras muchas que se reconocieron en esta causa contra la invisibilización y silencio sistemático.
A lo largo de sus pasos, desde la Glorieta de la Diana Cazadora hasta el Zócalo, urgieron a que pare la violencia sexual y que modelar deje de ser un acto de riesgo.
“Estamos hartas de que nuestra denuncias no sean tomadas en serio por las autoridades y la sociedad, porque en su mente tan pequeña, el hecho de desnudarnos nos hace responsables de las agresiones”.
Con sol a cuestas y con pasos firmes, llamaron a otras modelos a salir de cada pintura, de cada escultura y de cada fotografía, nombrarse y exigir el ser nombradas.
En el mundo del arte es urgente el reconocimiento de este trabajo. El pago digno, el respeto a los derechos laborales, el cese de la violencia simbólica y sexual y también el reconocimiento de que la modelos del arte no son musas, objetos ni seres inertes: También son artisas.
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