Despachos y moteles tras las rejas

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(09 DE ENERO, 2023) Por J. Jesús Esquivel.

 

Despachos y moteles tras las rejas

 

 

Washington – Para los criminales de cuello blanco y los narcos, las cárceles son despachos de lujo, centros de recreación y moteles. No es que esté descubriendo un secreto, esto lo sabe todo mundo.

“Los que tenemos familiares o conocidos dentro de un penal sabemos que adentro es una mafia”, fue el mensaje que recibí de Abigail, una joven de Ciudad Juárez, Chihuahua, quien con frecuencia visitaba a su exnovio encarcelado en el Cereso No. 3, del cual, el pasado 1 de enero, un comando de delincuentes liberó a varios reos y para ello asesinó a custodios y a otras personas.

Abigail me escribió porque en mis redes sociales dije que me sorprendía que la sociedad y el gobierno de la gobernadora panista de Chihuahua, Maru Campos, se sorprendieran de que en el Centro Estatal de Reinserción Social (Cereso) número 3, luego de ser controlado tras el ataque, descubrieron que los criminales poseían celdas de lujo o VIP, como fueron descritas en la prensa.

Mi comentario en las redes sociales hizo referencia al caso del exgobernador priista de Chihuahua, César Duarte Jáquez, acusado de saquear más de 3 mil millones de pesos a la entidad que gobernó y que luego, tras una larga batalla legal en Estados Unidos (donde se escondía), fue extraditado a México y encerrado en una mazmorra de lujo en la prisión Aquiles Serdán, bajo el cobijo de la gobernadora Campos.

En el caso de Duarte Jáquez, amigo de Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray y protegido de Campos -entre otros destacados priistas y panistas- este presunto criminal de cuello blanco goza de una absoluta impunidad y de lujos inimaginables para un ciudadano de pie que jamás en su vida ha cometido un ilícito. De la cárcel Aquiles Serdán, el priista salió el año pasado en dos ocasiones para ser médicamente atendido en nosocomios de lujo y muy caros, ubicados en la capital chihuahuense.

Adentro, en su celda, Duarte Jáquez tiene el privilegio de contar con un despacho con escritorio de caoba, sillones de cuero mullidos, computadora, teléfono celular. En su oficina recibe a

políticos, empresarios, familiares y a emisarios de la gobernadora Campos. Aparte, este presunto criminal de cuello blanco tiene aparatos electrónicos modernos y caros para recreación, cuenta con el servicio de cocinero (chef), quien le prepara lo que se le plazca y antoje al político, a quien alguna vez Peña Nieto calificó de modelo de gobernante para el país.

Todo lo que describo arriba del exgobernador lo he tecleado, reporteado y sustentado desde el año pasado con base en entrevistas con custodios de Aquiles Serdán y con gente cercana a los familiares del priista.

Aunque cuento con el apoyo de mis padrinos, los Hijos del Averno y del mismísimo Chamuco, no tengo poderes de telepatía. Mis informes sobre Duarte Jáquez causan urticaria a la gobernadora de Chihuahua, pero no se atreve a desmentirlos porque son ciertos.

“En el Cereso Número 3, los cuartos para las visitas conyugales, cuando iba yo a visitar a mi ex, estaban a cargo del grupo criminal ‘Los Aztecas’; todos tomando ahí adentro. En pocas palabras: parecía un motel/bar de mala muerte. Igual están las celdas VIP, porque mi novio en ese entonces me mandaba fotos”, me describió Abigail en su mensaje.

A lo dicho por esta joven, agrego lo que en entrevista me narró otro custodio del Cereso número 3: “La corrupción es grande en las prisiones aquí, en Chihuahua, y claro que lo sabe la gobernadora Campos. Para hacer una visita conyugal se tienen que pagar 5 mil pesos. Una persona que quiera meter comida debe desembolsar 1200 pesos. Para que un reo reciba a un familiar, la cuota es de 350 pesos. Ahora bien, para la mujer u hombre externo que quiera pasar la noche en el penal en uno de los cuartos VIP, el costo es de 12 mil pesos, esto, sin contar con la renta de la celda que son 5 mil pesos. Se cobra renta por el uso de televisión, telefonía celular y servicio de transmisión de películas pornográficas”.

Este custodio, cuya vida estaría en peligro si revelo su identidad, me aseguró que cuando los narcotraficantes o cabecillas de pandillas tienen la ocurrencia de hacer fiestas u orgias, entregan “grandes cantidades de dólares o pesos” en efectivos a los directores de los Ceresos.

“El pago les permite meter a varias mujeres, botellas de bebidas alcohólicas caras, grupos musicales, meseros, cocineros y quesus invitados especiales sean ingresados al penal sin tener que pasar revisión ni por debajo de los detectores de metales que, vale la pena decir; nunca funcionan o se desconectan para la ocasión”, anotó el custodio.

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