(22 DE AGOSTO, 2022) Por J. Jesús Esquivel.
Cayó un charal, faltan los peces gordos
Washington – Con cierto alivio y confianza de que sea el principio de una esperanza anhelada, nos enteramos de que la Fiscalía General de la República (FGR) ordenó la detención de Jesús Murillo Karam, autor de la mentira histórica de la tragedia de Ayotzinapa y procurador General de Justicia en el sexenio de corrupción e impunidad de Enrique Peña Nieto.
Lo ocurrido en Iguala a los 43 estudiantes de la Normal Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, desde el instante que ocurrió, sabíamos que fue un Crimen de Estado. También en nuestras mentes teníamos claro que los responsables estaban colocados en lo más elevado de la pirámide de poder del gobierno de Peña Nieto. Un asesinato masivo de esa magnitud en México no puede ocurrir sin la venia del poder federal, a menos que se trate de un pleito entre criminales y narcos.
Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, le puso el sello oficial a un crimen que, todos sospechábamos, fue orquestado y llevado a cabo por el Estado, pero abrió la puerta esperanzadora de que los responsables, todos, de lo ocurrido la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014, sean enviados al lugar que les corresponde por esos asesinatos.
Ojalá Murillo Karam sea el primero de muchos. Este cansado y mentiroso histórico es un charal, faltan los peces gordos. El asesinato de los normalistas, que como tal delito ya fue confirmado por Encinas, no debe quedar impune. Ese fue el compromiso y promesa de Andrés Manuel López Obrador, acotando que resolvería en su sexenio el entresijo de impunidad y horror, castigando a los responsables.
La orden de aprehensión de 83 personas que emitió un juez federal y que incluye a 20 mandos militares y personal de tropa del 27 y 41 batallones en Iguala, 5 autoridades administrativas y judiciales y 11 policías del estado de Guerrero, 26 policías municipales de Huitzuco, 6 de Iguala, 1 de Cocula y 14 integrantes del grupo criminal Guerrero Unidos, junto a la de Murillo Karam, no serán ni deben ser suficientes.
Que Alejandro Gertz Manero, el titular de la FGR, no nos vaya a salir con la sorpresita de que otra vez no se toca ni con el pétalo de una Rosa de Guadalupe al general Salvador Cienfuegos Zepeda, secretario de la Defensa Nacional en la presidencia de Peña Nieto. Es un crimen de Estado, señoras y señores, ya fue decretado así por el gobierno federal. ¿Quiénes eran los que estaban al frente de ese Estado Asesino? Peña Nieto, Cienfuegos Zepeda y Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación. Estos, desde el punto de vista de este tecleador, son los peces gordos que tienen que responder por la muerte de los 43.
Otro charal que tiene que estar tras las rejas es Tomás Zerón de Lucio, exjefe de la Agencia de Investigación Criminal de la desaparecida PGR, quien participó en la manipulación de evidencias y que cobardemente huyó para esconderse y resguardarse en Israel, país con el que el nuestro no tiene acuerdo de extradición.
El subsecretario Encinas informó que por medio de sus abogados están en contacto con Zerón de Lucio. Y que, ¡vaya privilegios que ofrecen nuestras autoridades a los responsables del Crimen de Estado!, digno el delincuente, rechazó el Criterio de Oportunidad, la herramienta favorita de Gertz Manero para con criminales de cuello blanco y de lujo.
En el Averno, cuna de mis padrinos los Chamucos y residencia de Lucifer, ya están listos los calderos esperando a los asesinos de los 43 normalistas de Ayotzinapa, para todos, insisto, hasta los de cuello blanco. No obstante, el Criterio de Oportunidad podría lograr que algunos de esos Asesinos de Estado gocen de privilegios inmerecidos y antes de pisar las alfombras rojas del Averno, no purguen una condena en la cárcel, como dictan los cánones de nuestro sistema judicial tan trastocado y manipulado por Gertz Manero debido a sus intereses personales y políticos.
Lanzo esta pregunta ingenua: ¿Qué tanto podría cantar Zerón de Lucio que, ante la lógica de un Crimen de Estado, no sea denunciar a sus cómplices de mayor nivel en la presidencia de Peña Nieto?
Ese Criterio de Oportunidad debería ser usado, pero con quienes directamente asesinaron a los normalistas. Es posible que esos asesinos puedan denunciar con nombre y apellido a quienes les dieron la orden, y estos, a su vez, con la misma herramienta favorita de Gertz Manero, hacer lo mismo y así hasta llegar a la punta de la pirámide de los asesinos.
¡Chin! Otra vez me pasé de tinta. Que me perdone el Santo Averno.