No tiene la culpa el indio…

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(21 DE FEBRERO, 2022) Por J. Jesús Esquivel

 

No tiene la culpa el indio…

 

Washington – El Congreso federal y la prensa de Estados Unidos son diametralmente diferentes al poder legislativo y los medios de comunicación de México y es muy sano que esto sea así.

Han sido tantas décadas del imperialismo e intervencionismo estadunidense en el mundo que, nosotros los mexicanos que los tenemos de vecinos, cada vez que los gringos mencionan a México nos atrincheramos y alucinamos con una invasión desde el norte.

Lleva días el presidente Andrés Manuel López Obrador obsesionado con su diatriba para criticar y mencionar a los medios de comunicación del país y en especial, al informador y lector de noticias Carlos Loret de Mola; como si la sociedad mexicana no tuviera preocupaciones más importantes y urgentes que requieren de la atención del mandatario.

“No tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre”, decían los de antes al repetir un proverbio sabio.

No es grave, es gravísimo el asunto de los asesinatos de periodistas en México y la impunidad de sus casos, como ya lo hemos destacado aquí en Entre calaveras y diablitos. La comunidad internacional lo ha notado y en algunos lugares del planeta se han unido a la exigencia de justicia.

AMLO maneja con cierta insensibilidad el tema de los asesinatos de colegas periodistas y todo se ha enredado con el asunto de Loret de Mola que no es tema de un rédito nacional.

La sociedad estadunidense -y si lo dudan, ni modo- es ajena a lo que ocurre en México y a lo que pregona y reclama AMLO. Tanto insiste el presidente con el lector de noticias que no investiga ni reportea, que le ha dado una notoriedad inmerecida.

 

 

No me digan que piensan o imaginan que en Estados Unidos la gente sabe quién es Carlos Loret de Mola. No dudo que muchos inmigrantes mexicanos mayores de 40 años por lo menos identifiquen al exlector de noticias de Televisa. Las nuevas generaciones de estadunidenses de origen mexicano medio mastican el español y, aunque algunos lo hablen mejor que este su servidor, no saben quién es el informador bajo la lupa.

Voy con lo de la prensa gringa. Loret de Mola es colaborador en la página de internet “en español” del periódico estadunidense The Washington Post. Lo que redacta el informador no se reproduce ni en la página cibernética en inglés ni mucho menos en su edición impresa que es lo que realmente pesa política y socialmente en Estados Unidos.

La insistencia de AMLO en hablar del informador le hizo el favor que tal vez más anhelaba el ex televiso; aparecer en la sección editorial de The Washington Post. Su debut no fue como Loret de Mola esperaba.

El jueves 17 de febrero el rotativo publicó en su edición impresa y en su página de internet en inglés, un editorial mencionando al lector de noticias y la reiteración de AMLO de criticarlo justo en medio de la crisis del asesinato de periodistas. Ni ese editorial dejó grabado en la mente de los lectores de The Washington Post el nombre de Loret de Mola.

Los medios de comunicación en español en Estados Unidos no son redituables. Si no me creen, ¿por qué entonces otro de los diarios más importantes de Estados Unidos, The New York Times, ya eliminó su sección en internet de noticias en español?

En un país anglosajón, con más de 330 millones de habitantes donde hasta los hispanos hablan inglés, la sección cibernética en español de The Washington Post no importa.

Este diario le apuesta a la audiencia en México, país en el que la mayoría de su ciudadanía no lee ni le importa lo que ocurra en Washington.

El caso Loret de Mola y el asesinato de periodistas en México fue retomado con maña el miércoles 16 de febrero por el senador republicano del estado Texas, Ted Cruz en una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta. La sesión legislativa se llevó a cabo para hablar de Colombia, no de México y, sin casi audiencia, fue un evento de trámite en el Capitolio.

Cruz aprovechó a Loret de Mola y malamente al asesinato de periodistas para lanzar críticas agudas contra AMLO por su pleito con el informador, exagerando que eso era una amenaza a la seguridad y relación bilateral entre México y su país.

Cruz no tiene vergüenza, fue él quien defendió y justificó al expresidente Donald Trump, cuando con adjetivos racistas y peyorativos, se lanzó contra reporteras y reporteros que cubren la Casa Blanca que cuestionaron su manejo político, económico y de la pandemia.

Recuerdo claramente en la década de los años 80 y 90 del siglo pasado, a James Traficant, legislador federal demócrata por el estado de Ohio, quien ya murió. Cada año y como si fuera manda, ante un pleno vacío de la Cámara de Representantes, Traficant exigía enviar a la Guardia Nacional estadunidense a vigilar la frontera con México.

Nadie en su país lo tomaba en cuenta ni en serio y nunca, que yo recuerde, la prensa estadunidense lo mencionó a diferencia de los medios de comunicación mexicanos que hacemos creer a los lectores que nuestro país es el ombligo de interés de la política exterior estadunidense. Ted Cruz se parece en mucho a Traficant quien, por cierto, estuvo en prisión por el delito de corrupción.

Dos días después de que el senador texano hablara y tal vez porque el diario Reforma a destiempo exageró sin contextualizar sus comentarios, el embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma Barragán, envió una carta de reproche al republicano.

Como hizo AMLO con Loret de Mola, el emisario diplomático cayó en la trampa de Cruz que logró lo que buscaba; atención y provocar.

 

 


*J. Jesús Esquivel es periodista, escritor, editor y productor mexicano. Actualmente es corresponsal en Washington de Proceso y colaborador de Aristegui Noticias.

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