(31 DE ENERO, 2022) Por J. Jesús Esquivel.
Teléfono descompuesto… Bueno, ¿es el FBI?
Washington – Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores (SRE) logró, con los ajustes a las leyes y mecanismos de seguridad, que cada mes los agentes extranjeros que operan en México le entreguen una bitácora sobre sus actividades dentro del país. Esto se hace desde abril de 2021 a la fecha y no hay excusa para que no lo hagan.
Por este hecho y por la reforma a los sistemas de seguridad avocados a jalarle la brida a los agentes extranjeros, especialmente a los de Estados Unidos, llama la atención que, el viernes de la semana pasada, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidiera un informe a Ken Salazar, el embajador gringo en México, sobre el operativo que en Quintana Roo llevaron a cabo agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y no a la SRE como debía corresponder.
Por aquello de no te quedes atrás, compadre, que te chupa la bruja, Entre calaveras y diablitos recuerda que, justo hace tres semanas en un episodio del podcast Entre Washington y México que conduce este tecleador, Ebrard, al ser cuestionado sobre qué haría el gobierno de AMLO si los agentes gringos mintieran sobre sus actividades que llevan a cabo en el país o sobre si las ocultaran, respondió que si se atrevían a hacerlo podrían expulsarlos del territorio mexicano declarándolos ‘personas non gratas’.
Les dejo el enlace del podcast Entre Washington y México para que escuchen directamente de la boca del canciller la advertencia que le hizo a los agentes gringos: https://www.spreaker.com/episode/48338578
El viernes pasado, AMLO dijo: “acaba de participar el FBI en un asunto de Quintana Roo y estamos pidiendo al embajador de Estados Unidos que nos informe sobre esta participación”.
¿Y la SRE, y el dichoso reporte mensual de los agentes extranjeros?
Tal parece indicar la situación que hay un teléfono descompuesto entre Palacio Nacional y la cancillería… bueno, ¿hablo con el FBI?
No es la primera ni será la última vez que, cuando sus intereses o la seguridad de uno o de varios de sus ciudadanos estén en juego o en peligro, las agencias estadounidenses con presencia en México lleven a cabo operaciones pasándose por el arco del triunfo las formalidades.
“No nos oponemos a que se trabaje de manera coordinada en contra del crimen, pero no podemos permitir que se viole nuestra soberanía”, remachó AMLO en la Mañanera del viernes pasado luego que develara él mismo, sin que se preguntara, lo del FBI en Quintana Roo.
Sin que se alebreste el patrón del báratro, cuna de El Chamuco y Los Hijos del Averno, los hechos son los hechos. Va el último incidente en el cual agentes gringos actuaron en México como si estuvieran en su país, ¡claro!, antes de lo acontecido en Quintana Roo: Ocurrió el 22 de febrero de 2014 cuando, vestidos con el uniforme de la Marina Mexicana, agentes de la DEA, US Marshals y la CIA, capturaron en Mazatlán, Sinaloa, a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera. Lógico, esos eran otros tiempos, los de Enrique Peña Nieto. No obstante, aquí el punto es que los güeros del otro lado del Bravo siguen haciendo en México lo que su bendita gana les da sin que les importen nuestras leyes ni el recién estrenado Acuerdo Bicentenario, firmado hace apenas unos meses.
Aplicarles un correctivo y expulsarlos del país como Ebrard amenazó que haría no estaría nada, pero nada mal. Al fin y al cabo “no somos iguales”, como siempre lo dice AMLO para marcar la diferencia entre su gobierno y el de los olvidables presidentes de la “era neoliberal”.
El país está saturado de violencia y eso hasta con los otros datos del preciso se puede demostrar. Lo ocurrido en Quintana Roo con el FBI -si es que lo llegamos a conocer en su totalidad y no lo ocultan con el argumento del secreto de Estado o el de poner en riesgo la relación bilateral-, es ya la primera gran prueba de fuego para las reglas de seguridad en la era López Obrador.
Hablando en plata, como decía la gente de antes, se tendrían que declarar personas non gratas a todos los agentes del FBI que hayan participado en ese operativo. Sería una solución para que no se repita la violación a la soberanía aunque haya sido a nombre del combate a la inseguridad, narcotráfico o crimen organizado. Porque de que se llevó a cabo, se llevó a cabo; ya lo confirmó el propio AMLO. Aunque… no se puede descartar que tras recibir el reporte de Salazar, saque otros datos y diga que los del FBI andaban nada más de turistas por aquella península.
*J. Jesús Esquivel es periodista, escritor, editor y productor mexicano. Actualmente es corresponsal en Washington de Proceso y colaborador de Aristegui Noticias.
