(10 DE ENERO, 2022) Por J. Jesús Esquivel.
Washington – El presidente Andrés Manuel López Obrador aludió la semana pasada a que con las nuevas regulaciones instrumentadas por su gobierno en materia de seguridad, las agencias federales de Estados Unidos con presencia en el país no podrán homologar al famoso escándalo de tráfico ilegal de armas conocido como “Rápido y Furioso”.
Dicho operativo ideado y llevado a cabo por el Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) del Departamento del Tesoro, fracasó en el intento de Estados Unidos por detener el tráfico ilegal de sus armas a México y terminó empoderando al Cártel de Sinaloa y a otros cárteles.
Como ya se había explicado en Entre calaveras y diablitos, desde abril de 2021 -y obligados por las leyes mexicanas- todos, todos los agentes gringos -hasta los de la CIA- entregan mensualmente a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) un reporte de sus actividades dentro del territorio mexicano; por dónde anduvieron, para qué y sobre el número de entradas y salidas realizadas en los diferentes estados y del país.
El escándalo de “Rápido y Furioso” tambaleó en su momento a la estructura judicial de Estados Unidos. En el Capitolio de Washington, Eric Holder, quien fuera procurador general en la presidencia de Barack Obama, fue sometido a juicio político. Los republicanos querían su cabeza. No nos confundamos, a los congresistas republicanos no les interesaba políticamente decapitar a Holder por el tráfico ilegal de armas gringas a México. Deseaban exhibir como corrupta e ineficiente a la presidencia de Obama. La de Holder se salvó, pero, cortadas por la guillotina republicana, rodaron las testas de funcionarios de ATF.
¿Cómo fue que se descubrió lo que a oscuras hizo ATF? Gracias a uno de sus agentes asignados a la oficina de Arizona; John Dodson dio el pitazo a las autoridades de su país porque el 14 de diciembre de 2010 fue asesinado Brian Terry, agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. El arma usada en dicho homicidio fue traficada como parte de “Rápido y Furioso” y de esto dio cuenta Dodson.
El todavía agente de ATF -a quien muchos en Estados Unidos lo consideran un soplón traidor por delatar a sus colegas- me concedió una entrevista que en su momento publiqué en Proceso. Dodson, sin el menor tapujo, afirmó en esa conversación que el gobierno del entonces presidente mexicano Felipe Calderón, siempre estuvo al tanto de la creación e instrumentación de “Rápido y Furioso”. Por medio de la agregaduría de la Procuraduría General de la República (PGR) en el consulado mexicano en Phoenix, Arizona, el gobierno de Calderón fue notificado absolutamente de todo lo que haría e hizo ATF.
Hasta la fecha, Dodson sostiene vehementemente que incluso, Eduardo Medina Mora, cuando se hizo cargo de la PGR en el gobierno de Calderón, fue actualizado por ATF en Arizona sobre “Rápido y Furioso”.
Nunca se le ha cuestionado a Medina Mora su papel en dicho escándalo. Como su exjefe Calderón, niega todo lo que sabía con relación al crimen organizado. Medina Mora dejó la PGR y lo hicieron embajador de México en Inglaterra y Estados Unidos, y luego Enrique Peña Nieto lo premió con uno de los asientos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Entre agosto y septiembre de 2019 comenzó a surgir el rumor de que la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público investigaba unas cuentas bancarias de Medina Mora en el extranjero. AMLO lo mencionó en una mañanera de entonces y prometió que ahondaría en la pesquisa y se informaría públicamente sobre los resultados. Rápido y silencioso, el 3 de octubre de 2019, Medina Mora renunció como ministro de la SCJN.
Han pasado 2 años y 3 meses desde que Medina Mora reculó a un puesto inmerecido. Raudo y silencioso, el exprocurador de Calderón se pasea entre tinieblas, pero en libertad. Mientras, lento y silencioso, el presidente López Obrador nos sigue debiendo una explicación sobre ese caso, pero con detalles, no nada más fincada en su palabra de que no se hizo nada en lo oscurito como se hacía antes y que en su gobierno son distintos.
Va pasando su sexenio y a AMLO se le van acumulando las explicaciones pendientes de muchos asuntos que tienen que ver con corrupción y crimen organizado. No más abrazos, queremos rendición de cuentas y el cumplimiento de su palabra, señor presidente.
*J. Jesús Esquivel es periodista, escritor, editor y productor mexicano. Actualmente es corresponsal en Washington de Proceso y colaborador de Aristegui Noticias.