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(09 DE NOVIEMBRE, 2021).- A raíz de la pandemia por COVID, numerosos centros de trabajo consideraron como una alternativa emergente el home office, sin asegurar a sus colaboradores condiciones de trabajo saludables, destacó el Doctor Rodolfo Nava Hernández, Coordinador de Salud en el Trabajo de la División de Estudios de Posgrado, Facultad de Medicina de la UNAM.
Aseveró que según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en promedio 12 por ciento de las organizaciones en México implementaron esta modalidad. El home office resultó para los empleadores un modelo confortable y que permite economizar en cuestión de inmuebles, recursos o servicios.
Explicó que entre sus aspectos positivos están que permite insertar a individuos vulnerables al mundo laboral, aminorar los tiempos de traslado y disminuir el tránsito.
Sin embargo, el confinamiento también tiene aspectos negativos, como la exposición prolongada a la iluminación de pantallas o al ruido ambiental, las posturas incorrectas o incluso una desbalanceada alimentación.
En algunos casos ha conducido a un aumento de consumo de tabaco y alcohol; también se han reportado trastornos relacionados con la ansiedad provocados por el aislamiento.
En casa no siempre existe noción clara del tiempo, por lo que las jornadas laborales crecen a tal grado de no sólo afectar la salud física sino también la mental. El aislamiento conduce a trastornos relacionados con ansiedad, aumento en el consumo de tabaco o alcohol, u otros malestares como colitis nerviosa, gastritis e incluso alteraciones mayores.
Recordó que la legislación en materia de teletrabajo garantiza en el artículo 311 de la Ley Federal del Trabajo, a empleadores y trabajadores, derechos y obligaciones ante esta nueva modalidad.
De acuerdo con a contingencia sanitaria cambió al mundo laboral, el home office está aquí y no se irá. Entre el hogar y la oficina se debe buscar concertar acuerdos con otros y consigo mismo, establecer límites, pero sobre todo intentar cuidar la salud.
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