Entre calaveras y diablitos (20 de septiembre 2021)

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(20 DE SEPTIEMBRE, 2021) Por J. Jesús Esquivel.

 

Washington – Han pasado varios meses desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a su vocero, Jesús Ramírez Cuevas, que aclarara el caso de quien fuera una de sus ayudantes, Azucena Pimentel, por su participación en la farsa del caso de la francesa Florence Cassez, pero el asunto ha quedado en la opacidad sin ninguna explicación.

Hoy lunes 20 de septiembre se cumple un mes exacto desde que AMLO pidiera al Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, que la agregaduría cultural en la embajada de México en España se asignara a una poeta indígena, en reemplazo de la escritora Brenda Lozano, y tampoco se han dignado a informar en qué va el asunto. Estos dos temas son incongruencias por parte de la gente que integra el círculo más cercano de asesores y asistentes del presidente y que atentan contra la transparencia y su obligación de informar al pueblo.

Pimentel, para quienes tal vez no la recuerden, era la productora del conductor de noticieros matutinos de Televisa, Carlos Loret de Mola. No vale ni la pena recrear los detalles de la mentira que se transmitió en vivo y en directo a todo México sobre la supuesta aprehensión de Cassez y de quien fuera su pareja; Israel Vallarta, presuntos secuestradores.

La médula de incongruencia del vocero presidencial consiste en que Pimentel se acuñó a su jefe, Loret de Mola, para no detener la transmisión de la falacia orquestada por el exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna y su subordinado, Luis Cárdenas Palomino, ambos funcionarios de Felipe Calderón y ambos también, acusados de narcotráfico por el gobierno federal de Estados Unidos.

 

 

Loret de Mola, quien ha tenido que rendir declaración ante el ministerio público por el asunto, afirma categóricamente que no sabía que lo de la francesa y su novio era una patraña de los narcofuncionarios calderonistas; algo que no se lo cree ni él mismo. Aquí no se trata de hablar de la integridad ni ética de Loret de Mola, porque si el nuestro fuera un país de rendición de cuentas, el ex lector de noticias de Televisa, por dignidad, no volvería a escribir su nombre en un pizarrón.

 

 

AMLO se comprometió a que Ramírez Cuevas expusiera las razones del porqué creer en la inocencia y palabra de Pimentel y no lo ha hecho. Salomónicamente el vocero presidencial y tras bambalinas, optó por sacar a Pimentel de Palacio Nacional para enviarla a la Secretaría de Educación Pública como Directora General de Televisión Educativa. Premiando a Pimentel con una dirección en el gobierno federal y sin cumplir con la orden que le dio el presidente, Ramírez Cuevas zanjó el asunto guardándose para él la explicación a quienes con nuestros impuestos le pagamos su salario tanto él como a su protegida.

Del puesto de agregada cultural de México en la embajada en España que ya la cancillería había asignado a Brenda Lozano, quien era más conocida en las redes sociales por sus críticas al presidente y a la 4T que por sus libros, nadie se atreve hasta ahora a dar una explicación. Por medio de una llamada telefónica consulté a uno de los principales asesores de Ebrard sobre la actualidad de la búsqueda de una poeta indígena para reemplazar a Lozano. “Déjame ver en qué va el asunto y te informo”, me prometió el viernes pasado por la mañana el funcionario de la cancillería y sigo sentado sobre mi pregunta para no cansarme; esperando la respuesta.

Al no pertenecer al Servicio Exterior Mexicano y para ocupar el puesto diplomático en España, Lozano tendría que ser beneficiada con el famoso Artículo 7, una especie de manto con el que se cubre de diplomacia y muchos beneficios a las designaciones políticas para trabajos en consulados y embajadas en el extranjero. El asesor de Ebrard me confesó que tampoco sabía si a Lozano ya le notificaron oficialmente que su caso quedaba anulado por decisión presidencial, aunque suponemos que no era necesario hacerlo.

 

Entre la burocracia gubernamental, la incongruencia, la falta de transparencia y la ausencia de información, síntomas de corrupción, es sano para los funcionarios públicos recordar que se deben a nosotros el pueblo que con nuestras obligaciones tributarias cubrimos su salario.

 


*J. Jesús Esquivel es periodista, escritor, editor y productor mexicano. Actualmente es corresponsal en Washington de Proceso y colaborador de Aristegui Noticias.

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