Portada: Unicef
(10 DE SEPTIEMBRE, 2021).- La Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirmó que los impactos económicos, sociales y emocionales generados por la pandemia de COVID-19 han exacerbado los factores de riesgo asociados a las conductas suicidas y llamó a hacer de su prevención una prioridad en las agendas nacionales de salud pública.
De acuerdo con ONU Noticias, “La pérdida de empleo o económica, los traumas o abusos, los trastornos mentales y las barreras de acceso a la atención de salud son algunas de las condiciones que pueden llevar a las personas a pensar en quitarse la vida, y la pandemia hundió a mucha gente hacia esas situaciones”.
Según una encuesta del Foro Económico Mundial hecha un año después del inicio de la emergencia, cerca del 50% de los participantes en Chile, Brasil, Perú y Canadá declararon que su salud mental había empeorado.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 1% de las muertes globales son suicidios, lo que significa que son más las personas que fallecen cada año por suicidio que por VIH, malaria, cáncer de mama, o por guerras y homicidios.
El suicidio también es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, después de los accidentes de tráfico, la tuberculosis y la violencia interpersonal.
Este 10 de septiembre, Día Mundial para la Prevención del Suicidio, la OPS recordó que el suicidio “es un problema de salud pública urgente” e instó a atenderlo.
Los datos correspondientes a 2019 de la OMS indican que 97.339 personas murieron por suicidio en el continente americano y estiman que los intentos de suicidio habrían superado 20 veces esa cifra.
Los hombres conformaron el 77% de las defunciones por esta causa y, aunque se han hecho progresos en intervenciones basadas a la evidencia en la prevención del suicidio, muchos países siguen teniendo tasas crecientes.
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