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(13/04/2021).- De acuerdo con un informe publicado este martes por la la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, el COVID-19 está provocando una crisis demoledora en la esfera cultural.
“Cines, teatros, salas de conciertos y museos están sufriendo devastadoras consecuencias que se reflejan tanto en el exiguo número de asistentes como en las dificultades económicas que padecen”, alertó, confirmando la vulnerabilidad de los museos tras un año pandemia.
De acuerdo con el análisis de la UNESCO, durante el año pasado los museos estuvieron cerrados una media de 155 días, y que desde el inicio de 2021 muchas de estas instituciones tuvieron que volver a suspender sus operaciones.
Este cese en sus actividades ha causado un descenso medio en la asistencia de un 70% y una caída en los ingresos de entre el 40 y el 60% en comparación con 2019.
El estudio presenta una evaluación provisional de la situación de 104.000 museos, ante COVID-19, basada en los datos facilitados por 87 Estados miembros en respuesta a una encuesta en línea llevada a cabo el pasado mes de marzo.
Ante este complicado escenario, los museos se vieron obligados a tomar una serie de medidas entre las que se encuentran las campañas de sensibilización y el refuerzo de los protocolos de seguridad.
Sobre las dificultades económicas que atraviesan los museos, se registró una importante reducción de la financiación pública que en algunos casos fue del 40% %, y que afecta a casi la mitad de los museos estatales que respondieron a la encuesta.
La UNESCO describió esta situación como “alarmante”, ya que los cierres prolongados y la fuerte caída de asistencia e ingresos afectan a la actividad museística en su conjunto, al dificultar el mantenimiento de los esfuerzos para conservar las colecciones, garantizar su seguridad y fomentar las relaciones con el público y las comunidades locales.
Algunos países como Argentina, Paraguay y Uruguay recordaron que, aunque el cierre de los museos ha tenido un profundo efecto en las actividades educativas, también ha afectado al resto de tareas cotidianas como la conservación, el desarrollo de exposiciones, la seguridad de las colecciones y la investigación.
Con relación a los futuros retos, el estudio indica que “las principales amenazas para los museos están relacionadas con la disminución de los ingresos y su impacto en la organización del sector museístico en general, así como con las consecuencias globales de la crisis en la conservación o las medidas de seguridad de las instituciones, y sus relaciones con el público”.
Por último, entre las recomendaciones del informe se destaca la necesidad de aplicar una política de digitalización a gran escala para inventariar las colecciones, así como la toma de medidas de apoyo a la educación, la formación y la investigación.
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