Felipe y Genaro

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(17 DE JUNIO, 2024) Por J. Jesús Esquivel.

 

Felipe y Genaro

 

Washington – Esta podría ser una semana muy larga para dos de los responsables de haber desatado la inseguridad y violencia relacionada con el narcotráfico en el país: Felipe Calderón y Genaro García Luna.

Brian Cogan, el juez de la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, tiene marcado al lunes 24 de junio como el día para dictar sentencia por narcotráfico a García Luna, amigo, asesor, confidente, mano derecha y secretario de Seguridad Pública de Calderón.

Ni con los sepan cuántos tés de alcohol de caña con coca-cola que por hora se toma Calderón, logra este oscuro personaje calmar sus nervios. A García Luna le está llegando la hora ante Cogan, quien tiene dos opciones, de acuerdo con los delitos con los que por unanimidad de un jurado fue declarado culpable el acusado de ser personero del Cártel de Sinaloa: cadena perpetua o 20 años en el tambo.

Luego de casi cinco años desde que García Luna fuera traicionado y detenido en Dallas, Texas, por sus otrora amigos y aliados de la DEA, el caso podría estar llegando a su final. Aunque, ¡pinches vericuetos legales del sistema gringo!, como dirían mis padrinos, los hijos del Averno que se mueren de hacerle al sagradísimo Chamuco una salsa borracha con el alma del Calderón aderezada con las cenizas de García Luna, la audiencia de sentencia de Cogan puede ser aplazada otra vez.

En días recientes, César de Castro, el abogado de oficio que representa al confidente de Calderón y de una fracción del Cártel de Sinaloa, solicitó a Cogan atrasar la audiencia de sentencia hasta mediados de septiembre.

El abogado argumenta que le falta tiempo para revisar documentación del caso y porque también se encuentra ocupado con el juicio por corrupción del senador demócrata por Nueva Jersey, Robert Menéndez. Es altamente probable que Cogan acceda a la propuesta del abogado. El caso Menéndez es prioridad y el de García Luna es un cartucho quemado. Mientras tanto, en Madrid, Calderón busca otro menjurje a base de alcohol de caña para controlar su nerviosismo. Está claro que cualquier sentencia que reciba García Luna por parte de Cogan buscará apelarla. Es su derecho. El problema para Calderón no es quedarse manco, si a su mano derecha lo encierran de por vida en las mazmorras. No, no señor, el caso tiene otras aristas. Entre más tiempo transcurra sin ponerle fin al asunto, más días y meses tiene García Luna para decidir si se convierte o no en testigo cooperante de fiscales del Departamento de Justicia de Estados Unidos.

Si accediera a convertirse en un soplón traicionero, García Luna podría quedar libre en un par de años. Eso sí, la condición es que tendría que cantar como calandria los nombres de quienes presuntamente junto con él ayudaron al Cártel de Sinaloa a hacer negocios en el sexenio de Calderón. Ese es el detalle, en el narco, en la política y en el amor, las traiciones son como la charanda con la que Calderón desayuna cuando va a su tierra. García Luna no tiene nada que perder, ya lo perdió todo. Qué más le da echar de cabeza a otros. La lista es larga; Calderón, Luis Cárdenas Palomino, Ramón Pequeño, Omar García Harfuch, etc., etc…

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