Rechazo social “protege” de COVID-19 a personas en situación de calle, pero son víctimas de abusos, “han quemado sus cosas, tirado cloro y hasta agua caliente”: UNAM

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Portada: DGCS UNAM

(22/02/2021).- De acuerdo con Ali Ruíz Coronel, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, la visión peyorativa y de exclusión que tiene la sociedad hacia las personas en situación de calle es, aunque paradójico, “un factor de protección para ellas contra la COVID-19, ya que contrario a lo que se podría pensar, los contagios entre este sector poblacional no han sido alarmantes”.

Durante su participación en el programa “La UNAM Responde”, destacó.

“En los años 80 se trataba de niños y niñas, ahora son hombres jóvenes, quienes representan más del 70 por ciento, mayores de 18 y menores a 60 años de edad, a veces son familias completas; y ahora personas que fueron abandonadas por síntomas de COVID, pero hasta antes de la pandemia, se consideraban 6 mil 757 personas en situación de calle en México”.

La Coordinadora del Seminario Permanente de Investigación-Acción sobre Personas en Situación de Calle en América Latina del IIS, aclaró que esta condición es un proceso y hay quienes llevan mucho tiempo así, o nacieron en esta circunstancia, y aún a su corta edad es visible su fase avanzada de abandono.

Destacó que con el argumento de que pueden estar infectados, algunas personas se justifican en sostener una visión peyorativa y de exclusión hacia ellos.

“Yo he seguido durante la pandemia en el trabajo de campo con ellos, y muchos aseguran que les han quemado sus cosas, tirado cloro y hasta agua caliente”, lamentó.

Esta actitud les ha servido como “factor de protección”, quienes han relatado que la gente no convive con ellos, incluso antes de la emergencia sanitaria, explicó:

“Se ha fraguado un distanciamiento no solo social, sino físico, debido a que la gente se aleja de manera inmediata ante lo que mira en ellos”, apuntó.

Sin embargo, llamó a no obviar que las personas sin techo, están en un complejo estadío de salud.

“No pueden dormir ocho horas completas, eso se vuelve crónico en ellos, lo que los lleva a un desgaste fisiológico, aunado a su mala alimentación, además de la depresión constante, lo que los lleva a un alto riesgo de contraer enfermedades como la COVID”.

Recordó que sus actividades y acciones se realizan en el espacio público, algunas padecen enfermedades mentales, otras salieron de prisión o tienen problemas de consumo de sustancias psicoactivas, o simplemente no tienen trabajo y esto les impidió pagar la renta de su vivienda.

“Por eso, nadie está exento de estar en una situación de calle, cualquier persona puede llegar a ello, por una circunstancia adversa, o una mala racha, por lo que si no podemos hacer nada a favor de ellos, no los perjudiquemos más”, recordó.

Con información de Comunicación UNAM

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